Menudencias. Grandeza y ponderación del teatro breve de Diana de Paco, dramaturga murciana universal, por Juan Soriano


Fecunda escritora de Teatro, Diana de Paco cuenta con una extensa lista de obras escritas —breves y largas— publicadas y llevadas a la escena, representadas. 

En Nueva York se le ha premiado dos veces, recientemente, en años consecutivos. Una, con la bandera de “El Asegurado” crítica implacable del sistema de salud privado. Paco y su patética hipocondría. La otra, “Esposa y viceversa”, es una valiente crítica y bienhumorada reflexión sobre el matrimonio institucional.

Escribir una menudencia, es complejo, aunque se supone sencillo.

Planos entretejidos de humor e inteligencia, en situaciones escénicas de impacto. Autores hay quienes se atreven con piezas cortas, desde la greguería y el aforismo hasta cuadros de Amor y humor.

También hay quienes escriben monólogos para decirlos en algún bar o en escenarios venidos a menos, donde se presupone un auditorio inclinado a la risotada ante cualquier exabrupto o zafiedad.


No es el caso de la dramaturga que nos ocupa, para quien las Menudencias se originan en la observación de la vida diaria. Diana se implica en las historias con un indudable talento propio, agudeza de quien muerde las naranjas en los árboles y con el ingenio de quien construye personajes en los que habita el caos social en el que se mueven Lola y Paco en ‘El asegurado’. O el Nini en su ámbito familiar retorcido hasta lo siniestro, en “Ni Nini, ni na”, burla cómica sobre quienes ni estudian, ni trabajan, pero parasitan a sus padres. Aparece y se entremezcla el tito Atilio, de personalidad dislocada que le induce a matar a dos personas simplemente por haberle señalado como «violentito». 

Teatro del absurdo, en obras más ligeras, como son el Monominimalista y “Estafados”, en las que Diana de Paco ha creado personajes en situaciones cómicas. Como también son los “Momentos”, conversaciones entre dos amigas cuarentonas, donde se vierten descalificaciones perversas, que chirrían y deterioran la amistad. 

Las Menudencias, de Diana de Paco, consideradas textos sólidos y brillantes en su construcción dramática, funcionan por sí mismas y también agrupadas. Miradas sociológicas en las que sea aliña con humor ácido, gracejo de sal gorda, expresiones verbales actuales, mostradas en diferentes registros lingüísticos que destapan la realidad y la ajustan, en la connivencia del lector, del espectador y de los intérpretes teatrales.


Cada obra se convierte en una forma de entender la vida ante un espejo roto, que induce a la afinidad y la empatía del público con los personajes. Los espectadores saldrán de la sala con una sensación de bienestar.


Podríamos seguir citando menudencias de Diana, siempre con una nota de humor, surgidas de lo cotidiano hasta lo insospechado. Pero solo hay que sugerir y no importunar. Confiemos en la inquietud de los lectores, que pueden hacerse con una bibliografía amplia.



El arte que más refleja la vida es el Teatro.

Quien pisa un teatro, vuelve. Vive, por la presencia y la voz y el grito.

El Teatro siempre resurge, ya sea superando prohibiciones totales o censuras, guerras, crisis económicas o de la larga crisis sanitaria actual. Quienes amamos el teatro regresamos a las alegrías y penas, risas y lágrimas, amores y desengaños, rabia y esperanza… nos toca protegerlo y trasmitirlo a las próximas generaciones, que lo aguardan. 


Gracias, Diana, por tu valiosa aportación al Teatro. Te pedimos nuevas obras fruto de tu creatividad, que pronto se pondrá en marcha.

¡Viva el Teatro!



Comentarios