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Mostrando las entradas etiquetadas como dioses

EL ARCO DE ODISEO. Mentiras cotidianas, por Marcos Muelas

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Mi nombre es Loki y me llaman el dios del engaño y la mentira. Loki el tramposo y creador de caos. ¡Hasta me han llamado cosas peores! Mi larga vida está plagada de anécdotas, soy el alma de la fiesta. Soy imprescindible. ¿Quién si no pondría un punto divertido en Asgard, el reino de los dioses? Allí es un servidor quien planta a todos una sonrisa en los labios con sus travesuras. Puede que alguno lo niegue pero, en secreto, todos dan por hecho que es así. Siempre hay alguno que envidia mi carisma hasta el punto de desearme males y tormentos. Thor, mi medio hermano, sin ir más lejos, me la tiene jurada. Ingrato rencoroso, quería descalabrarme por una tontería. No tiene ningún sentido del humor. Le molestó que le cortara el pelo a su esposa Si total, el pelo vuelve a crecer. Maldito ingrato... ¿Acaso no recuerda que fueron mis artes del engaño las que le consiguieron una nueva cabellera a mi cuñada? Y gracias a esta aventura encima salió recompensado con ese tosco martillo que tanto ama...

I. DE DIOSES Y MONSTRUOS: el Estado, por Vicente Llamas

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El Estado como abstracta omnitud que auspicie la pluralidad de elementos matriciales sobre los que sostener la dinámica efectiva de la libertad por equilibrada estructuración de un régimen de necesidades es una vaga utopía. Es también la empusa metafísica de Hobbes, el demonio de especie mudable que se transfigura a las puertas del infierno para escapar de la razón natural. Un monstruo furioso para el que el metal de la espada es sólo madera carcomida, al que no ahuyentan las maniobras amenazadoras del Pequod ni intimidan los abismos. El gran Leviatán , "rey de todos los hijos del orgullo", un dios mortal gestado por unánime convenio de compromisarios del pacto social "en una misma persona, más allá de su ascendencia en la inmortal divinidad". Cada hombre cede a la asamblea el derecho de gobernarse a sí mismo. La desestabilizadora tensión en el seno de la sociedad burguesa que emergiera de la Ilustración entre la conjunción de intereses particulares y medios téc...

EL ARCO DE ODISEO. Gea, por Marcos Muelas.

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Al principio, el universo sólo era caos, y de él nació Gea. Ella era la Tierra, el planeta que nos acogió y alimentó a todos los seres vivos. De Gea, entidad divina, surgió Urano, el cielo en su total inmensidad. Y de la unión de ambos, surgió la larga casta de dioses que definirían la vida de los mortales en los milenios sucesivos. También ella fue la creadora de cíclopes y titanes a los que Urano decidió encerrar en las entrañas de Gea. La diosa madre estaba dolida por la crueldad de Urano. Por ello, convenció a uno de sus vástagos, Cronos, para que acabara con su tiranía. Esté derrotó a su padre, convirtiéndose en la entidad divina con más poder, dando comienzo a la edad dorada de los dioses. Pero, transcurrieron los siglos, y fue el mismo Cronos el que recibió la peor de las predicciones por parte del Oráculo, uno de sus hijos acabaría con él para arrebatarle el trono. La noticia perturbó al titán convirtiéndolo en un ser irracional y desconfiado. Él mismo había sido el causante de...

EL ARCO DE ODISEO. Recensión de La sombra de los dioses, libro de John Gwyne, por Marcos Muelas

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“ Ha pasado un siglo desde que los dioses lucharon y se extinguieron. Ahora solo quedan sus huesos, que prometen un gran poder a aquellos lo suficientemente valientes para buscarlos ”. Los dioses del norte han muerto, matándose entre ellos en una última batalla épica. Durante su lucha desataron todo su poder, sin preocuparse por las consecuencias, y con ello casi destruyen el mundo. Ahora la huella de su batalla es un recordatorio en algunos lugares del mundo. Cuando la gran serpiente Snaka fue asesinada, cayó destruyendo el mundo haciendo que sus vertebras formaran cordilleras que emergen del mar y sobre su colosal calavera se erige una ciudad. Cuando la humanidad surgió de las cenizas juró acabar con los dioses que aún quedaban, así como sus descendientes, que ahora viven mezclados entre los humanos por el daño ocasionado. Nadie echa de menos a las divinidades caídas, pero sus huesos se han convertido en codiciados tesoros. Estos dan poder a los valientes que consiguen hacerse con el...