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Mostrando entradas de enero, 2024

SUMARIO DEL 28 DE ENERO DE 2024

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  ¡Salud y República de las Letras! Enero avanza y las horas de oscuridad junto con la noche se retiran a sus aposentos secretos, dejándonos a merced de la luz del día, para que podamos ver, sin impedimentos, la imagen abominable del mundo que entre todos creamos.  Algo de luz literaria os trae Dulcinea para que podáis adentraros en la semana con un sonrisa en los labios. Historias juveniles con el Quijotillo os trae Santiago Delgado; con Marcos Muelas podréis tomar un té con las legendarias geishas, si os atrevéis. Rafael Hortal os propondrá otro encuentro que dejará una penetrante huella en vuestra memoria erótica. Gedi Máiquez os transportará de nuevo al mundo de Adela, en el hque hoy leeréis cómo esperanza y muerte luchan entre sí. Vicente Llamas os hará comprender cómo la profundidad metafísica, la belleza y lo grotesco caben en la misma línea.  Disfrutad de la vida y de la literatura. La noche, Rubens

CRONOPIOS. Encuentro con Simone, por Rafael Hortal

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  Hasta ahora no me había costado trabajo localizar a los personajes femeninos más eróticos de la literatura mundial, pero en esta ocasión no encontraba el modo de acceder a Mademoiselle Simone. Lo que le cuenta en sus cartas a su amante casado es tan pasional y descriptivo que todavía hoy sonroja su lectura. Es testimonio de lo que era capaz de hacer una mujer en el París de los locos años 20 para retener a su amante en la cama. Aprovechando mi estancia en París, seguí el rastro del libro “La pasión de Mademoiselle S.”, como el autor es anónimo, le pregunté al diplomático Jean-Yves Berthault, quien encontró y publicó las cartas que Simone le escribía a Charles entre los años 1928 y 1930. Normalmente cuando la familia encuentra cartas tan ardientes de sus ascendientes, las destruye para salvar su reputación, pero en este caso estaban bien escondidas en el sótano de una casa señorial de la Avenue Marceau. Simone era reacia a encontrarse conmigo, le prometí no desvelar su identidad más a

EL VERDE GABÁN. Las mocedades de don Quijote (el Quijotillo), entrega 20.

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Pero lo que la vejez te da pródiga, la juventud te niega avara. Y, así, la bendición de madrugar, te la niega de mozo la vida. Y, cuando, aquel día, escuché la campana del sacristán sonar repetida y terrible por la galería a la que daban las puertas de los dormitorios, recordé amargo la promesa que me había hecho a mí mismo: la de huir, al amanecer, de aquel infierno sin llamas. También recordé que debía tener el refectorio inmaculado, y luego, de igual modo y manera, las camas y suelos de los escolares de Don Bartolomé. Recé porque ninguno de ellos hubiese fecho sus necesidades menores en el mismo dormitorio, alegando pereza nocturna, para no bajar a los excusados del patio. Esa limpieza de las alcobas me hubiese costado fregar de rodillas, con cubo de agua y bayeta de suelo. Pero no, algún númen quijanero se había apiadado de mí, y las vejigas de la chiquillería habían quedado en los vientres de mis apedreadores. Laus Deo . Luego tuve que recoger los desayunos, ya gastados,

LOS POETAS INMUNDOS: VI. Guardianes monstruosos, por Vicente Llamas

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"¿Qué clase de libros escribe usted? … Escribo perversiones de la verdad. Escojo los caminos más tortuosos, me llevo a los niños a los rincones más oscuros …"              J. M. COETZEE, El maestro de Petersburgo La quiastoneuria, esa asombrosa torsión que experimenta la masa visceral de algunos moluscos, con migración y deflación de órganos del plan corporal originario como adaptación a la morfología de la concha y sus volutas logarítmicas, es también un proceso psíquico. Algunas almas lo sufren. A Víctor Hugo debemos la más escabrosa noticia de la armonía de un engendro vivo y un prodigio inerte. Los renglones torcidos de la creación. Immanis pecoris custos, immanior ipse … Esta corrupción del verso de las Bucólicas (Égloga V, 44) anuncia el "acoplamiento singular, simétrico, inmediato [...] de un hombre y un edificio". Guardián de una monstruosa mole de piedra (sínodo de fantasmas congregados en la Île de la Cité ), más monstruoso él mismo … Ínfima variación

EL ARCO DE ODISEO, Geisha girls, por Marcos Muelas.

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Kioto, 1946. El barrio de Gion volvía a bullir repleto con el gentío habitual que trataba de ganarse la vida como bien podía. La comida escaseaba y los productos primarios se convirtieron en ostentosos lujos, solo al alcance de los privilegiados que pudieran obtenerlos en el mercado negro. La guerra había terminado, un eufemismo decretado por el emperador para ocultar el deshonroso hecho de que Japón, por primera vez en su historia, se había rendido ante sus enemigos. El emperador era una divinidad, el corazón y el alma del imperio nipón. Su decreto, incuestionable. Pero cualquiera que anduviera ese día por Gión podía descubrir con sus propios ojos la aplastante realidad. Los soldados americanos, gigantes entre los lugareños, se movían libremente entre la población. Imposible no verlos o escuchar su ruidosa lengua bárbara en cada rincón del país, que hasta hacía bien poco, estaba vetado para los extranjeros. Ahora, el orgulloso Japón había pasado a ser un país conquistado, arrasado y d