Entradas

Mostrando entradas de enero, 2023

PUNTO DE FUGA, ¡Ánimo!, por Charo Guarino

Imagen
  Esta semana, en una de las sesiones de ‘Aquagym’ a las que procuro asistir con cierta asiduidad para coadyuvar a la rehabilitación de mi pierna, la monitora pronunciaba un entusiasta «¡ánimo!», mientras con la palma de la mano abierta hacía ademán de golpearse suavemente el centro del pecho. No son casuales ni la palabra ni el gesto referido que, junto a una amplia y alentadora sonrisa, usaba para insuflar aliento entrel as participantes. Que el estado anímico influye en la salud queda fuera de toda duda, como está claro que las personas antes o después acaban siendo víctimas de circunstancias desfavorablesm antenidas en el tiempo, situaciones que hacen mella en el espíritu y debilitan y confunden el sistema inmunitario, la defensa con la que cuenta el cuerpo para luchar contra potenciales infecciones y que a veces termina luchando contra sí mismo como cuenta la mitología griega ocurrió a los autóctonos con los que hubieron de los héroes Cadmo o Jasón en sendos episodios cruciales de

MINUETO: La espadaña vacía, por José Antonio Molina

Imagen
Siento devoción, debilidad diríamos, por la piedra muerta, mi incomprensible pasión necrófila se disfraza de manera algo más tolerable para la sociedad adoptando los ropajes prestados de académico y arqueólogo, pero cuando nadie mira, simplemente gozo contemplando aljibes, pozos, chozos y cualesquiera paredes aún en pie que encuentro al paso de caminos poco frecuentados. Hay una vieja ermita que me inspira compasión cuando la veo, simple cadáver ya, su piedra sólida y sus muros aún sustentan la techumbre; corona una roca al borde mismo de un saliente de piedra, y a sus pies hay una cueva cegada, entrada a una mina de yeso de la que unos pocos viejos guardan memoria.  De lejos aún parece grandiosa, cuesta poco trabajo imaginar su gracia el día que se levantó exenta sobre la piedra y no ahogada, como ahora, por pequeñas casas que han ido ocultando su imagen, envolviendo su perfil, estrangulándola. El tiempo se ha vengado de esta profanación y nadie vive en estos habitáculos ya, ventanas

SUMARIO DEL 28 DE ENERO DE 2023

 ¡Salud y República de las Letras para todos los amigos de Dulcinea! Nos despedimos del mes de enero y de nuestro primer mes de andadura con la sensación de haber ido llegando cada vez a un mayor número de amigos. ¡Gracias por acompañarnos! En este número os ofrecemos dos poemas deliciosos de Consuelo Ruiz Montero, que además de una prestigiosa profesora de filología clásica es una sentida y elevada escritora. Vuelven nuestros colaboradores habituales: Marcos Muelas, Santiago Delgado, Rafael Hortal, Charo Guarino y María Dolores Palazón. Feliz fin de semana, felices lecturas. Disfrutad de la vida, tened cerca buenos libros y buenos amigos.

ESCRITORA INVITADA. Dos poemas para Diana, diosa de la luz, por Consuelo Ruiz Montero

Imagen
  Para Diana, diosa de la luz Sueño de una noche de verano  Rielaba el mar la luna, un globo iluminado que flotaba sin hilos en la Inmensa Laguna. La noche amanecía. Señora y bandolera de los hiperespacios la luna me aguardaba, y con sonrisa leve a su barco pirata me condujo despacio. Tripulaban los sueños, de todas las edades, de regiones distintas y caprichos faciales: pícaros, inocentes, perdidos, deleitosos, inconclusos, recientes, premonitorios, vanos. A todos fui besando cuando a puerto arribamos; reconocí su rostro y devolví su abrazo. Sentí que de una copa apuraba el pasado y que un presente eterno me besaba despacio. Desencanté la luna, e, ingrávida, a su cielo de nuevo devolví. La música sonaba sobre la tierra negra y el bullicio del mundo llenaba los espacios de la Inmensa Laguna.   Romance de la luna roja Sangraba la luna en Zagreb, partida en mil corazones que compraban los turistas al precio de veinte cunas. La luna sabia de Agosto de luto rotundo y viejo. La ciudad se es

EL VERDE GABÁN. Cervantes el hidalgo que perdió la sonrisa (I), por Santiago Delgado

Imagen
  Mirad, no sólo veáis, el retrato que Juan de Jáuregui le hizo, supuestamente, a  Cervantes. Da igual que no sea Cervantes. Psicológicamente, sí lo es. Está engolado; esto es,  lleva gola. Eso le hace tener el cuello estirado, y la barbilla alzada. Es una concesión a los  cánones del retrato pictórico, a los que obedecen artista y modelo. Pero la mirada no vuela lo  que debiera con ese escenario facial. No quiere, no puede. Es una mirada que concede el  mínimo de altanería, como para cumplir solamente. Lo que desborda ese rostro es una tristeza  metafísica exacta. Don Miguel de Cervantes Saavedra está dentro. Vemos una envoltura de su  rostro. Alguien que fue siempre viejo del alma, y desconoció sonreír; a su pesar. La felicidad le  huyó como las ovejas huyen del lobo. Su vida fue un viajar continuo. Primero, en pos de la  penuria endémica de su padre, cirujano de sangrías y quitamuelas, amén de barbero: Alcalá,  Valladolid, Madrid, Sevilla. Pena no poder entrar en la Complutense, por

La luz del deseo, por Rafael Hortal

Imagen
  El artista Pepe Yagües expone en la galería de arte “La Aurora” de Murcia, entre otras obras, algunas eróticas, donde el deseo se materializa por toda la sala con sus grabados, esculturas y piezas móviles que escenifican coitos entre seres humanos y mitológicos. El minotauro y la minotaura están muy presentes en sus obras; pueden sufrir o disfrutar alcanzando la luna; otra constante en sus obras y en los poemas de Miguel Hernández, que llega cual Ícaro hasta ella en la portada de una caja-escultura que contiene 40 grabados basados en los versos mitológicos y eróticos del poeta de Orihuela. Estos grabados de gran tamaño están realizados con la técnica de aguafuerte sobre acero, estampados sobre papel y con relieves cosidos. Las esculturas son de madera tallada, de láminas de hierro galvanizado o de latón. Casi todas tienen esa luz interior que da título a la exposición “la Luz del Deseo”. Pepe Yagües representa a personajes de la Antigüedad Grecolatina y ha realizado en los últimos 30

EL ARCO DE ODISEO. Anne Rice, la oportunidad que nunca tuve, por Marcos Muelas

Imagen
  “Te voy a dar la oportunidad que yo… nunca tuve”   Acaba de cumplirse el primer aniversario de la muerte de Anne Rice, autora de grandes sagas. Un gran referente para muchos escritores amantes del género. Con su muerte perdimos a una de las más grandes novelistas de nuestro tiempo. Anne, hermana y madre de escritores, viuda de un poeta, comenzó su carrera bajo el pseudónimo de A. N. Roquelaure. Bajo esa firma escribió varios relatos cargados de erotismo, donde destacamos la tetralogía de "Bella durmiente". Pero, las que verdaderamente dejaron su huella personal fueron sus "Crónicas vampíricas" y la saga "Las brujas de Mayfair" El comienzo de las “Crónicas vampíricas” marca un antes y un después en su carrera.  En su " Entrevista con el vampiro" se abordan temas trascendentales tales como la vida fugaz frente a una inmortalidad que se puede convertir en una tediosa y aborrecible repetición tras el paso de los años. Nos habla de a

Aire, por María Dolores Palazón Botella

Imagen
    Amaneció como es propio en los días importantes, con un tiempo desapacible marcado por el frío y un intenso viento que borró el calor inusual de un invierno extraño. A primera hora todo parecía igual, solo que más gris, con la gente encogida y un ambiente en tono grisáceo propiciado por los remolinos de una ciudad llena de polvo e inmundicia dejada donde primero se pilla. Eso evitó que se viera lo que a mediodía era ya un clamor. A esas horas todo empezó a vislumbrarse, y eso que el ambiente era el mismo, solo que la gente comenzó a tomar conciencia de la situación, dijeron algunos, aunque los cronistas de ese día realmente optaron por ser menos finos y decir literalmente que la parroquia estaba más que cabreada. Y eso que era el primer día. Pero todo les pilló de sorpresa, pues como lo que es anunciado a bombo y platillo gozó del desinterés. Nadie quiere que le digan qué hacer y cómo hacerlo, ni siquiera en caso de necesidad extrema. Todos estamos altamente cualificados pa

Para Diana, por Miguel Cegarra.

Me dijo Mario en diciembre que estuviésemos tranquilos por pares se turnan para cuidarla mientras aprovechan el no espacio dialógico que ella ha creado para intentar ponerse en el otro lugar o cuanto menos dialogar son muchas y se hacen eternas las horas entre latidos electrónicos de la fría habitación sus constantes se empeñan en ser prometedoras como ella tenaz e inagotable Jasón mira a Medea le aturde el sonido de las gotas que se deslizan por el tubo hasta llegar a la vía que imprime vida Clitemnestra seca las lágrimas secas de Egisto Agamenón empaña de vaho el ojo de buey desde el otro lado de la puerta no se siente capaz Lucía le mira implorando que cruce el límite Fedra sola contempla las fotografías del móvil que ella dejó aparcado en la mesa del tribunal Penélope impaciente picotea con sus dedos el metal de la fría cama de hospital Ulises mantiene fija la mirada en el ausente horizonte Casandra habla habla habla habla sin parar Paris mira sonriente con una mano aparta las pied

Menudencias. Grandeza y ponderación del teatro breve de Diana de Paco, dramaturga murciana universal, por Juan Soriano

Fecunda escritora de Teatro, Diana de Paco cuenta con una extensa lista de obras escritas —breves y largas— publicadas y llevadas a la escena, representadas.  En Nueva York se le ha premiado dos veces, recientemente, en años consecutivos. Una, con la bandera de “El Asegurado” crítica implacable del sistema de salud privado. Paco y su patética hipocondría. La otra, “Esposa y viceversa”, es una valiente crítica y bienhumorada reflexión sobre el matrimonio institucional. Escribir una menudencia, es complejo, aunque se supone sencillo. Planos entretejidos de humor e inteligencia, en situaciones escénicas de impacto. Autores hay quienes se atreven con piezas cortas, desde la greguería y el aforismo hasta cuadros de Amor y humor. También hay quienes escriben monólogos para decirlos en algún bar o en escenarios venidos a menos, donde se presupone un auditorio inclinado a la risotada ante cualquier exabrupto o zafiedad. No es el caso de la dramaturga que nos ocupa, para quien las Menudencias s

Semblanza de Diana, por Helen Freear-Papio

Imagen
Conocí a Diana en un congreso en la preciosa ciudad de Salamanca en el año 2009, donde nació una anécdota que todavía nos hace reír mucho. Di una presentación sobre el teatro de mujeres y había citado un artículo de Diana en mi ponencia. Cuando vi su nombre en el programa - ella iba a dar una charla sobre el teatro griego- decidí buscarla porque la quería conocer. Como no sabía cómo era ella, fui preguntando a todo el mundo: “¿Conoces a Diana de Paco?”. Pero no la encontraba y, frustrada, me di por vencida. Yo estaba sentada en un sofá en el pasillo, al lado de un aula y una mujer joven y guapa se sentó a mi lado. Decidí hacerle a ella la misma pregunta: “¿Conoces a Diana de Paco?”. Me respondió de inmediato: “Pues sí, la conozco muy bien... ¡soy yo!”. Y el resto, como se dice, es historia. Es una gran historia de amistad personal, de colaboración profesional y de un amor compartido por el teatro. En 2010 la invité a dar una serie de charlas invitadas en varias universidades de Nueva

Crónica de un éxito, por María Trinidad Herrero Ezquerro

Imagen
Dicen que Nueva York en agosto es mortal. La temperatura media es de 84º Farenheit (unos 30º Celsius), aunque algunos días las temperaturas son más elevadas. Además, la humedad de la isla de Manhattan, rodeada de agua por todas partes, hace que la sensación térmica sea más elevada. Pero Nueva York es Nueva York, la ciudad que nunca duerme, la ciudad diversa, la torre de Babel dónde se siente libertad. Cien gaviotas inundan el horizonte deslizándose entre los rascacielos, aunque el viento no sople más de lo normal. Los taxistas, tan simpáticos algunos, otros no tanto, intentan escapar de la monotonía. La policía neoyorquina hace gala de su lema CPR: courtesy, professionalism, respect (cortesía, profesionalismo y respeto), que parecen palabras buscadas para que cualquier latino las comprenda. Esa policía que aparece enseguida, allá dónde se la reclama. Y si no, que nos lo digan a nosotras. Un recuerdo imborrable que dibuja una sonrisa al recordarlo. Y en medio de esa ciudad inmensa y atr