El silencio preñado, un poema de Rumi, por Pilar Garrido

El silencio preñado I Ven, recitémonos poemas el uno a otro, por medio del Alma, diciendo cosas secretas para los ojos y los oídos. Sonriamos como un jardín de rosas, Sin labios ni dientes. Conversemos con pensamientos, sinlenguas ni labios. Nombremos todos los secretos del mundo, hasta el final, sin abrir nuestra boca, como intelecto divino. Algunos sólo pueden comprender escuchando y mirando a las bocas. Mantengámonos fuera de su tienda. Nadie habla en voz alta a sí mismo. Ya que nosotros somos uno, h ablemos así. ¿Cómo puedes decir a tu mano “toca”? Ya que todas las manos son una, hablemos así. Las manos y los pies saben lo que quiere el Alma. Cerremos nuestra boca y hablemos con el Alma. El Alma conoce el destino, paso a paso. Si quieres, te daré ejemplos. Kun (el divino mandato divino): “¡sé!”, “¡cobra existencia!” Tal es la divina orden creadora general que inaugura el devenir de todos los seres engendrados en el cosmos ( kawn ), su acceso al mundo, e...