EL ARCO DE ODISEO, Julio Verne, novelista y visonario, por Marcos Muelas

Corría el último tercio del siglo XIX cuando el ser humano ya había dado por sentado que el único método eficaz para cruzar los cielos debía de ser el globo aerostático. Sí, es cierto, desde la antigüedad numerosos genios e inventores habían intentado crear diversos mecanismos y vehículos voladores. Pero, ninguno de ellos llegó a despegar del suelo. Hubo algún inventor entusiasta que, cargado con complicados engranajes, subió a un campanario y saltó para intentar alzar el vuelo. Tanto sus sueños como sus huesos quedaron hechos añicos vencidos por la inmisericorde fuerza de la gravedad. Finalmente, derrotados por la evidencia, asumieron que la única forma de volar sería con la ayuda de un globo. Ahora había que encontrar la manera de perfeccionarlo, de poder dirigir el vuelo en vez de quedar a merced de las caprichosas corrientes de aire. Y así, comenzamos con esta aventura de mano de Julio Verne ambientada a finales del siglo XIX, Robur el conquistador. Los honorables miembros del Wel...