ALAS DE MARIPOSA: Lola, por Gedi Máiquez

El robot aspirador se deslizaba suave, pero firme, sobre la tarima de madera del piso en el que vivía desde hacía unos años. Dibujaba líneas perpendiculares, imaginarias y perfectas, en su objetivo mecánico de colaborar en las tareas domésticas de un hogar repleto de vida. Brumm…emitía el motor, mientras chocaba contra la pata de la mesa del salón y cambiaba de dirección algo enojado con el obstáculo. Brumm…giraba sobre sí mismo en su aparente desconcierto por volver a redirigir el rumbo de su misión. Me detuve a observarlo. Lo suficiente para desenchufarme del piloto automático de la cotidianidad en el que andaba inmersa. Así pude recordar las palabras de Josep María Esquirol en su ensayo, La resistencia íntima , cuando hace referencia a la casa como entorno seguro. El filósofo afirma que, la casa nos salva, es nuestro refugio. Nos protege de la inmensidad, entendida en su concepto de hacernos sentir diminutos e insignificantes, en un universo que sabe que solo somos cuerpos corpuscul...