CRONOPIOS. El colgante XII. Fosforita, por Rafael Hortal

Estaba amaneciendo en el poblado derruido en el desierto de Sudán. Alizée se despertó y fue a recoger el agua condensada durante la noche antes de que apretara el calor y se evaporara. Continuaron el monótono viaje mientras Alizée recordaba las tribulaciones de las últimas semanas: desde que salió de Francia todo había sido muy intenso, y seguía viva para contarlo. Pensaba que había tenido mucha suerte teniendo en cuenta cómo eran los energúmenos que la esclavizaron. Agarró fuertemente el colgante fálico de madera tallada y recordó a sus amigos, estaba segura de que se preocupaban por ella y que la estaban buscando. Al atardecer llegaron a la carretera que llevaba a la ciudad de El Obeid. Alizée se unió a un pequeño grupo de gente andando que huía de su pueblo saqueado y buscaban rehacer su futuro en la gran ciudad. Khalid con Rania no siguieron en línea recta, entrarían a la ciudad por otro lugar más al norte para pasar desapercibidos. Peter, desde Londres, llamó a Alain para dec...