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Mostrando las entradas etiquetadas como maternidad

EL ARCO DE ODISEO. Gea, por Marcos Muelas.

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Al principio, el universo sólo era caos, y de él nació Gea. Ella era la Tierra, el planeta que nos acogió y alimentó a todos los seres vivos. De Gea, entidad divina, surgió Urano, el cielo en su total inmensidad. Y de la unión de ambos, surgió la larga casta de dioses que definirían la vida de los mortales en los milenios sucesivos. También ella fue la creadora de cíclopes y titanes a los que Urano decidió encerrar en las entrañas de Gea. La diosa madre estaba dolida por la crueldad de Urano. Por ello, convenció a uno de sus vástagos, Cronos, para que acabara con su tiranía. Esté derrotó a su padre, convirtiéndose en la entidad divina con más poder, dando comienzo a la edad dorada de los dioses. Pero, transcurrieron los siglos, y fue el mismo Cronos el que recibió la peor de las predicciones por parte del Oráculo, uno de sus hijos acabaría con él para arrebatarle el trono. La noticia perturbó al titán convirtiéndolo en un ser irracional y desconfiado. Él mismo había sido el causante de...

PUNTO DE FUGA. A mi madre, en el día de las madres, por Charo Guarino

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Hoy, primer domingo de mayo, se celebra el día de la madre en España. Mayo, el mes de las flores, es un mes poético por excelencia, pues en él la primavera se encuentra en todo su esplendor en nuestro hemisferio, y la vida se renueva en un ciclo que a nuestro sentir mortal se antoja perpetuo. En la antigua Grecia se explicaba esa reincidencia natural como el resultado de un pacto que tenía como protagonistas a una madre y una hija divinas: Deméter y Perséfone. El amor maternal se imponía a la violencia, al poner como condición la diosa de la agricultura, para no poner fin a la vida en caso contrario, la restitución siquiera temporal de su hija raptada y llevada al inframundo por su tío Hades. Cuando mi hermana Ana y yo éramos niñas, y más tarde, cuando nació la pequeña, Manoli, mi madre preparaba un ramillete de flores para que las lleváramos al colegio en honor a la Virgen y cantábamos aquello de “El trece de mayo la Virgen María bajo de los cielos a Cova da Iria…”, en referencia a la...

PUNTO DE FUGA. Albricias, por Charo Guarino

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Era el momento mágico en que mi pecho de madre primeriza se convertía de nuevo en el maná que alimentaba el pequeño cuerpecito de Irene, de apenas tres días en el mundo. En la penumbra del dormitorio nuestras miradas se cruzaron y me pareció ver el cielo. Una nube blanquecina cubría por completo su pupila izquierda. El casual hallazgo pasó de la sorpresa a la preocupación, y la nube se volvió gris y pesada ensombreciendo mi ánimo. Se parecía demasiado a la que había visto en los ojos de mis abuelas, aquejadas de cataratas. Pero mi hija era un bebé recién nacido. Manifesté mi inquietud a su padre y a mi madre. También al pediatra en su primera revisión. Mi madre me dijo que perdiera cuidado, que los ojos de los bebés no tienen el color definido. Pero no era el color de su iris. Era su pupila la que presentaba una alteración. Mis temores se confirmaron en la segunda revisión pediátrica. El doctor Pena, que antes no le había dado importancia, se alarmó y dijo que había que descartar que n...