MINUETO, Las últimas horas de un artista, por José Antonio Molina

Yo, Francesco de Bolonia, llamado a causa del nombre de mi maestro también Francesco Francia, el mayor artista bajo el gobierno de los Bentivoglio, los frescos de cuyo palacio salieron de mis manos, celebrado grabador de esta ciudad, me encuentro próximo a rendir cuentas a mi Creador. Apenas sin fuerzas para dictar estas palabras, me aferro a la belleza que he creado en vida, pienso en mi hijo, noble, bello de perfectas maneras; pienso en mis obras tan modestas como queridas que me sobrevivirán y guardarán mi nombre durante el tiempo que Dios quiera para que ilustren sus propósitos de salvación para la humanidad. Mis manos iluminaron el bautismo de Cristo y mis pinceles acariciaron la forma de Jesús Niño mientras su divina Madre le adoraba rodeada de rosas silvestres. Me consuelo levemente mientras el dolor parte mi alma en dos mitades y me conduce inevitablemente a la muerte. Regocijado en el arte que siempre cultivé, admiré los modelos de los grandes artistas, amé la expresión ...