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EL ARCO DE ODISEO, La noche de los jueves, por Marcos Muelas

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En algún momento fui consciente de mis propias manos, sujetas como garras crispadas sobre el volante. Descubrí con cierto pesar las pequeñas manchas que cubrían el dorso de estas ¿En qué momento habían aparecido? Necesité un esfuerzo titánico para soltar el volante. Abrí y cerré las manos varias veces mientras un hormigueo sacudía mis dedos. Miré el reloj del salpicadero para descubrir que llegaba tarde a la cita. ¿De verdad habían pasado veinte minutos desde que había aparcado? Había llegado con tiempo de sobra, pero me sentía incapaz de bajar del coche. Sin pensarlo abrí la puerta y me bajé del auto. Instintivamente busqué el paquete de tabaco y me maldije al descubrir que lo había olvidado. Llevaba más de cuarenta años fumando y no recordaba haber salido nunca de casa sin mi provisión de nicotina. Suspiré cansado, no creía poder afrontar esa noche sin tabaco.  Pensé en lo curioso que era que mi mayor aliado fuera a la vez mi verdugo. En fin, en peores y más ingratas relaciones t...

CRONOPIOS: Sublimación, por Rafael Hortal

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Isabelle ascendió a los cielos y escudriñó todos los infiernos tras el rastro del cuadro que perturbó su vida, la pintura que presintió siempre. Cuando descubrió esa obra por casualidad ya tenía 35 años de edad; ese momento supuso la clarividencia donde encajaban todas las piezas de su obsesión. Soy su compañera de cuarto, escritora; nos conocimos hace un mes, y ya me ha nombrado su biógrafa. De pequeña, Isabelle, sentía la necesidad de observar su entorno desde la altura. Se escondía en la torre de la aldea que mandó construir la reina María Antonieta, o le quitaba la escalera al jardinero para subirse a un árbol; sus padres eran guardeses allí, en Versalles. En primero de Bellas Artes, convenció a un compañero para hacer el amor entre las ramas de un árbol, le gustaba sentir que flotaba, que levitaba como Santa Teresa mientras llegaba al éxtasis. Ya fuere misticismo o epilepsia, Isabelle buscaba la sublimación, ser etérea. Todos los días observaba a los cientos de turistas que visita...