PUNTO DE FUGA. El punto de la felicidad

Que el estado anímico influye en la salud queda fuera de toda duda, como está claro que las personas antes o después acaban siendo víctimas de circunstancias desfavorables mantenidas en el tiempo, situaciones que hacen mella en el espíritu y debilitan el sistema inmunitario, la defensa con la que cuenta el cuerpo para luchar contra potenciales infecciones. Las plantas medicinales y la homeopatía contribuyen junto con los medicamentos desarrollados en laboratorio a preservar la salud, a restituir el vigor perdido o a paliar los efectos adversos de la enfermedad o del implacable paso del tiempo. La alimentación adecuada, la práctica de un ejercicio físico saludable, así como el cultivo de aficiones que nos satisfagan son imprescindibles para que el engranaje biológico funcione. Pero hay algo más que no depende estrictamente del individuo, que trasciende sus límites corporales y que resulta necesario para una existencia plena: la relación con el otro. Porque, como dijera Aristóteles,...