ALAS DE MARIPOSA. Estrella, por Gedi Máiquez

A Fran. En recuerdo de Estrella. La madrugada siempre es el momento en el que me siento más libre. Sin los convencionalismos del día, los pensamientos discurren plácidamente por el cuerpo, aceptándolos sin prejuicios que enturbien la naturaleza para lo que han sido creados. Esa noche, además, el escenario era propicio para la función. La luna llena iluminaba con descaro las nubes que pasaban con sigilo a su alrededor. El movimiento, lento y ondulante del esponjoso nimbo, tenía la intención de acariciar al cuerpo celeste, responsable de millones de promesas sin cumplir y culpable de mi creativo desvelo, por esa tendencia mía a disfrutar de su presencia. Sentada en la butaca del salón, acariciaba el cuerpecito blanco y suave de quien reposaba en mi regazo. Estrella ronroneaba complaciente al tacto de mis dedos sobre su cuello, sabiendo que en cualquier momento, las caricias terminarían por Real Decreto gatuno. Mientras Estrella decidía si marchar a explorar los sonidos que de momento sol...