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Mostrando entradas de abril, 2023

Breve encuentro, por Vicente Llamas

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  Un banco (las piedras del Manzanares quedaban lejos), parque central, a dos leguas del Ateneo de San Juan de Puerto Rico. Hace como una hora que dos sombras se entrelazan en él ... Casi inaudibles sus ecos. M. Z.: Este exilio fecundo ha hecho más veraz la soledad, el ámbito privilegiado para que la patria se descubra . La soledad es en sí misma una acción, una acción que brota del aislamiento comunicable . Los medievales evocaban un patria animae , el destierro era la vida terrenal, mísero destino de anámnesis en el que abrazar la cicuta ... No. No cabe un exilio de la historia: el vacío que deja la consumación de la tragedia es el espacio de soledad en el que soñar. Las prendas del exiliado , una mirada que no interroga, un llanto que todo lo tiñe de colores infieles a la luz, no deben velar la libertad que se llevó consigo , la verdad que ha ido conquistando en la vida póstuma que se le ha concedido. J. R. J.: Yo he contado en él el frío y el barro, pero ni el frío ni el barro l

LOGOSFERA. La razón de mi existencia, por Isaac David Cremades Cano

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En las noches de tormenta, mientras el cielo tintado de negro se deshace sobre la ciudad, dejando un aura transparente y brillante alrededor de las farolas de la calle, pienso en mi padre. La parcial oscuridad se ve interrumpida bruscamente por los relámpagos, el silencio, roto por las gotas que golpean ansiosas sobre el cristal de la ventana y por los truenos, inundando de solemnidad este acto ritual: una especie de ceremonia minuciosa, a la vez que evocadora, con la que consigo consolarme de sus largas temporadas ausente. De puntillas, voy hasta el salón, evitando pisar sobre las tablas que ya bien conocemos, mama y yo, por emitir un crujido delatador. Muy lentamente, me acerco a mi aliado taburete con el fin de ganar altura para alcanzar esa pequeña caja de cartón que, despojada de su contenido original, mi padre reutiliza como una especie de cápsula de tiempo. Es fácilmente reconocible por esas letras plateadas, Vélin de Moirans , que destacan sobre un fondo gris, revelando una cie

EL VERDE GABÁN. Amorcillo sin fechas ni carcaj, por Santiago Delgado

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En Cástulo, hay, completo y restaurado, en el nivel de suelo de cuando entonces, un mosaico precioso. Lo llaman el Mosaico de los Amores. La temática fundamental, claro, es la amorosa. En seis lunetos, que, a modo de orla, enmarcan los dos motivos principales, se desarrolla el mismo asunto con variante: un Cupido, niño, naturalmente, ha dejado su flecha y carcaj detrás de él, y persigue o juega con diversas aves, un pavo real, una paloma, etc. O sea, el autor nos está diciendo que lo que le gusta a Cupido, niño al fin y al cabo, es el juego, no la penosa obligación de disparar flechas a los corazones desprevenidos. El doble símbolo del arco chiquito y el carcaj de juguete quedan sueltos detrás del niño amoroso. Y son, para él, como los deberes escolares de los niños restantes, compas suyos de generación y pupitre. Donde esté un pajarillo que se preste a colaborar en las diabluras de Cupidito, que se quiten Romeos y Julietas, Tristanes e Isoldas o, mismamente, Dulcineas y Quijotes. Eso