PASADO DE ROSCA. Tamales de chivo: 1. Flori, por Bernar Freiría

—Ya lo sé, ya sé que tú también lo estás pagando muy caro y que lo pasas muy mal, pero tengo que decírtelo, porque ¿cómo no has sido capaz de pararlo a tiempo? No, no me digas que no has podido evitarlo. ¿No ves que se ha ido dejando en la ruina a sus parientes? Eso ha sido imperdonable. No fue suficiente que se haya hundido él solo, tenía que extender, como si fuera una enfermedad contagiosa, la desgracia a toda la familia… —Yo no podía pararlo, Chon. Ni yo sabía nada de sus fechorías, ni él me hubiera permitido tomar cartas en el asunto. Es muy suyo, tú lo sabes, y llevaba las cosas a su manera sin dar cuentas a nadie, y menos a mí. —No me digas que una mujer con estudios como tú, Flori, no se daba cuenta de lo que estaba pasando, porque eso no se lo puede creer nadie… —Pues ya, pero por raro que te pueda parecer, es así. Él no daba explicaciones ni cuando los negocios le iban bien —o parecía que le iban bien, porque ahora yo ya desconfío de todo lo que se relacione con Jenaro—, ni ...