Aire, por María Dolores Palazón Botella
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Amaneció como es propio en los días importantes, con un tiempo desapacible marcado por el frío y un intenso viento que borró el calor inusual de un invierno extraño. A primera hora todo parecía igual, solo que más gris, con la gente encogida y un ambiente en tono grisáceo propiciado por los remolinos de una ciudad llena de polvo e inmundicia dejada donde primero se pilla. Eso evitó que se viera lo que a mediodía era ya un clamor. A esas horas todo empezó a vislumbrarse, y eso que el ambiente era el mismo, solo que la gente comenzó a tomar conciencia de la situación, dijeron algunos, aunque los cronistas de ese día realmente optaron por ser menos finos y decir literalmente que la parroquia estaba más que cabreada. Y eso que era el primer día. Pero todo les pilló de sorpresa, pues como lo que es anunciado a bombo y platillo gozó del desinterés. Nadie quiere que le digan qué hacer y cómo hacerlo, ni siquiera en caso de necesidad extrema. Todos estamos altamente cualif...