Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2023

SUMARIO DEL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2023

Imagen
 Clara Peeters, naturaleza muerta (1612) Septiembre nos abandona, pero quienes no os abandonan son los amigos de Dulcinea que os traen una buena provisión de literatura para esta semana. Aunque fumar perjudica seriamente la salud, un soldado con un cigarrillo en los labios sigue siendo una imagen épica, emblemática de una época; eso nos enseña Marcos Muelas hoy. Rafael Hortal continúa mostrándonos cómo el verde árbol de la civilización, con los coloridos frutos de la cultura, hunde sus raíces en la tierra más oscura del deseo. Saludamos el regreso con honores a tres amigos. A Vicente Llamas, cuya prosa profundamente poética nos lleva a un Hollywood diferente; a Bernar Freiría, que hoy comienza a contarnos una historia que comienza con la ausencia y la juventud; y a Isaac David Cremades Cano, cuya prosa cargada de recuerdos y añoranzas habéis echado de menos, pero aquí está de nuevo. El mundo de don Quijote ni puede ni debe estar ausente. Santiago Delgado  sigue ilustrado las mocedades

En ausencia de Morfeo, por Gedi Máiquez

Imagen
El movimiento hipnótico de las aspas del ventilador no lograba su cometido. Por más que lo mirara girar no alcanzaba a conciliar el sueño tan ansiado, ese que a duras penas conseguía de un tiempo a esta parte debido a las tórridas noches veraniegas y al duende que paseaba por su mente haciendo de las suyas para evitar la presencia de Morfeo. El sonido repetitivo del grillo posado en el alféizar de la ventana acompañaba de modo solidario al continuo grillar del aparato colgado en el techo, el diálogo entre ellos era del todo ilegible pero al parecer reparador por cómo se respetaban el turno del batir vibrante de sus correspondientes alas. En un desesperado intento de conectar con el interior del grillo, por aquello de empatizar con su sentir ortóptero, pensó que sería buena idea buscar información relevante que arrojase un poco de luz a esa oscuridad insecta, igual que la que emitía el dispositivo de pantalla azulada y encargada según los últimos estudios, de destruir toda posibilidad

EL VERDE GABÁN. Las mocedades del don Quijote, (entrega quinta), por Santiago Delgado.

Imagen
Siguió todo más luego, adelante en el tiempo, y llegó la hora en que mi antepasado Gonzalo Quijano, que había devenido castellano, que no astur, como el hijo de Regila, bajó de la Montaña, tres centurias ha en nuestros días, con la hueste de sus deudos y vasallos, todos ellos cristianos viejos, para servir al rey Alfonso VIII, cuando la famosa Batalla de las Navas de Tolosa, en las colindes del Andalucía y de La Mancha misma. Tan fuertemente luchó aquel mi abuelo, que en compensación el rey Alfonso, descendiente directo de Pelayo, le hizo dación de la finca, y Señorío en la que me crie y he vivido desde siempre, y de la que salimos tú yo en busca de aventuras que fagan mejor al mundo, un fasto día de aquel año de gracia. Tras él vinieron bravos varones y fermosas mujeres, honra y prez de las quijanas armas.  Mas, pasando los tiempos, luego de la efeméride de las Navas, ocurrió que hubo en Castilla gran pendencia interna. El bastardo real, Don Enrique de Trastámara, disputó el trono al

CRONOPIOS. El colgante IX. El hechizo, por Rafael Hortal

Imagen
Carole les comunicó que las investigaciones de la policía seguían dos supuestos: Alizée habría conseguido escapar y estaría escondida en las montañas o había sido capturada por los terroristas de Boko Haram. El portal de noticias Sudán Tribune indicaba que el grupo terrorista estaba operando en Sudán. —Creo que debemos comunicarlo a la prensa internacional, harán presión para que el gobierno tenga interés en encontrarla —dijo Alain. —El colgante fálico la protegerá —aseguró Bea. —Por favor, Bea, esto es muy serio —le contestó Alain. —Alain, si tú no crees me da igual, voy a intentarlo. Fascinus es la encarnación del falo divino, “fascinar" deriva del verbo latino "fascinare", que significa hechizar a través del poder mágico del fascinus o del gran pene erecto. —¿Has hecho un hechizo de protección? —Por supuesto. Recuerda por qué estamos aquí. He descifrado algunos secretos de la caja la sacerdotisa Shepenupet II, hija del primer faraón kushita Pianjy. —Lo sé, Bea, todas

LOS SONIDOS Y EL TIEMPO, Don Quixote, de Roberto Gerhard, por Gabriel Lauret

Imagen
Hace poco más de un año la Orquesta Filarmónica de Berlín anunció un concierto que despertó mucho mi curiosidad. Dirigida por Simon Rattle, su antiguo director titular, iba a dedicar íntegra la primera parte de su concierto a obras de Roberto Gerhard. Que una de las mejores orquestas del planeta, si no la mejor, con uno de los mejores directores del momento, programara de esta forma a Gerhard, me llevó a pensar en lo infravalorado que está este autor en nuestro país. Robert Gerhard nació en Valls, Tarragona, en 1896. Su padre era suizo-alemán y su madre francesa-alsaciana, identidades a las que sumó la de Cataluña, su tierra de nacimiento.  En su formación musical, a la que su padre puso inicialmente bastantes obstáculos, hay dos grandes pilares que determinan su estilo:   El primero es Felipe Pedrell, compositor y mentor de la gran generación de compositores como Falla, Granados y Albéniz. Fue su último discípulo y del que aprendió a combinar las características intrínsecas provenient

LOGOSFERA. Tormenta y pan duro sin misa, por Isaac David Cremades Cano

Imagen
Se ruborizaba con tanta facilidad que incluso hoy puedo visualizar, con suficiente nitidez, sus mejillas a menudo sonrojadas. Era durante los veranos cuando más tiempo tenía para observar esa conducta que, bajo la mirada del niño que yo era, me resultaba bastante divertida. Sobre todo frente a la televisión, principal causante de tales sentimientos, mi abuela era capaz de exteriorizar, como nadie de mi entorno, las turbaciones que esos mensajes audiovisuales le producían. Recuerdo, en especial, aquella publicidad de un desodorante higiénico en el que una joven besaba la axila depilada de un hombre… Le abochornaba seriamente tal propósito y, sobre todo, que los niños pudieran ver esa imagen ralentizada que consideraba tan obscena. Antes de que terminara el verde anuncio, con un ágil gesto de movimientos rápidos y mecanizados, acompañado de la exclamación: “ – ¡Pues, mira, María santísima!”, intentaba calmar bruscamente su sufoco. Ese estudiado recorrido de su mano sobre la frente, luego

LOS POETAS INMUNDOS.: IV. Fausto en Poodle Springs, por Vicente Llamas

Imagen
Al final de la calle principal, la carretera gris a la izquierda. Para llegar a donde quieres, sigues recto, entre colinas ocasionales salpicadas de casas de estuco con tejados rojos, hasta que te contagias de tristeza o hasta que la oscuridad te impide seguir, pero sabes que aún no has llegado. Al principio es sólo un agudo suspiro, luego dos cuerpos tan cerca como puedan estar dos cuerpos dispuestos a herirse. O hasta que el sitio andrajoso que te ha convertido en lo que eres se vuelve contra ti (en realidad, hace que la penumbra se vuelva una cosa voraz y descarnada contra ti, una criatura insolente que empuja lentamente a todas las demás cosas hacia ti, infundiéndoles el aspecto frustrado de lo que hubieran podido ser). El resto es inercia: aparcar el Olds bajo el alero en el camino circular de grava, subir la escalera exterior que corre por la pared derecha del edificio de dos plantas, falso adobe y vigas estriadas. Casi todo el mundo está hecho de falso adobe y vigas agrietadas e

EL ARCO DE ODISEO. El último cigarrillo, por Marcos Muelas

Imagen
Islas del Pacífico, 1945 “John Doe tenía sueño, mucho sueño. Normalmente podía enmendar fácilmente ese problema de muchas formas.  Podría tomar café, encender un cigarrillo o simplemente, echar una recuperadora cabezada. El café no era posible en ese momento y las otras dos opciones podían costarle la vida tanto a él como a su pelotón. Era de noche y él estaba de guardia mientras sus compañeros trataban de dormir entre la maleza. En cualquier otro momento se hubiera encendido un cigarrillo y con eso hubiera bastado para disipar el sueño, al menos durante unos minutos. Pero encender un cigarrillo podría revelar su posición al enemigo, un faro en mitad de la noche al que se podía disparar fácilmente. Instintivamente echó una mano hacia su chaqueta y palpó el reconfortante bulto de su bolsillo. Ahí estaba la cajetilla de tabaco, el complemento más moderno e imprescindible de la infantería americana. En ese momento John habría matado por sacar uno de ellos. Seis meses antes John ni siquier