CUADERNOS DE NAUFRAGIOS: VI. Modernos Prometeos (I), por Vicente Llamas

No hay vidas incólumes, tenemos la vida que pactamos con nuestros demonios, la que nuestros temores han deformado y empañan nuestros excesos. Podemos avanzar hasta donde retroceden nuestros demonios. En ese pequeño espacio alentamos esperanzas, herimos, naufragamos, amamos y nos desfiguramos lentamente sobre espejos que recapitulan nuestra filogenia. En esas aguas nos convertimos súbitamente en nuestros padres, rindiendo a nuestros hijos los rasgos y las angustias que desechamos hasta completar el ahogado que nos aguarda desde el principio en su profundidad. La parte de tierra no sumergida, de hogar, de cálidos lechos y de sueños que nos han cedido en la zona de obducción. La otra parte de los días flota sobre las aguas sin rumbo, a la deriva. La racionalidad que distingue al hombre del resto de animales (el viejo tópico del animismo racional, inequívoco signo humano) es genuina expresión de una voluntad autodet,erminante, no tanto de una inteligencia naturalmente ordenada a su ac...