ALAS DE MARIPOSA: Adela, 1; por Gedi Máiquez.

-Adele, tu madre ha muerto-. Dijo una voz grave y circunspecta al otro lado del hilo telefónico. El interlocutor le hablaba suavemente en un fluido español con un leve acento andaluz, que sin embargo, no impedía distinguir la entonación británica que adornaba su particular manera de alargar las palabras. Era el único que la llamaba en la versión inglesa de su nombre, recordándole de esta manera el vínculo que los unía a pesar de la distancia puesta por ella quince años atrás. La conversación no duró más de lo imprescindible, lo necesario para concretar los preparativos del viaje que la llevarían de vuelta a casa. Desde hacía tiempo vivía cómodamente, pero sin grandes lujos, en un apartamento de la calle de Las Huertas. Luego supo que anteriormente se había llamado Máiquez, por el actor cartagenero que había modernizado la escena a finales del siglo XVIII, gracias al protectorado de los Duques de Osuna que le financiaron su formación en París. Así lo contaba, de esta manera orgullosa e...