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Mostrando las entradas etiquetadas como poesía

Dos poemas de Concha Lavella

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  El grito de  las cosas perdidas empuja. Salgo del Maquinal miedo  engaño loco, certeza, industrial inercia. soledad_ destierro.  El grito de   as cosas perdidas en  eco llama a la verdad, alma, cristal Donde antes  gobernaba  el miedo en la obedecida tirania.    Desciende su materia  Ya sin nada  Anuncia su caida  Vacía  Amanecida en  silencio camina,  suspira nueva.  Liberada ya se ama.  Da violetas en el bosque   Los aires se cruzan y danza.  Es un nuevo territorio  Su nombre es  dulce  estrella hilvanada.  Los dioses le invitan al fuego donde arde lo siniestro.  Purifica   su silueta es "un  ya nada pueda abusar de ella". Palabras en lo alto Una mano en mi cabeza, La otra agarrando mi maleta Dejo las llaves sobre la mesa. Tu camisa y pantalón sobre la silla Miro hacia la ventana Veo mi silueta  correr por el jardín. Sólo un paso más. ...

Escenas de Adviento I. La edad vacía, Vicente Llamas

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Arrancar los colores, expulsarlos de las manadas nómadas de árboles que beben de ríos marchitos, del vaho que se alza de la tierra incierta, de la inútil intimidad de los muertos, hasta reducir el mundo a pavimento o muro seco, contornos indecisos por los que la luz desliza sin arraigo. Expulsarlos de la violencia que germina en la sorda avidez de la nada, hecha ya edad vacía que los muertos atraviesan con pisadas huecas, recinto al que todo se arrastra para violar su prodigio, reducido el mundo a pasos desnudos que se hunden en la profundidad de la piedra. Una suma de grietas y horas ciegas abre el pasado, la lenta desaparición de los lugares fúnebres, devorando pétalo tras pétalo, desnudando el aire, liso, despoblado de alas, hasta que sólo está vivo el sapo, sus andrajos, la sequía que nace de años de losas, de puertas abiertas por las que el invierno infecta los lechos, y la niebla, gigantesca sombra que todo lo rige, asediando casas inclinadas sobre el río como bueyes que abrevan....

ESCRITORA INVITADA. Espinas (poema, por Concha Lavella Clemares

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Hay espinas que siempre vivirán en mi corazón. Las amo y son parte. Con ellas quiero vivir. Me dan el sentido, son música, son poesía. Prefiero tomarlas, dar flor de luz. Se tornan en gracia y don. Las acompaño al dolor. Ahora soy yo quien las tiene a ellas, ellas a mí no. Ahora las llevo, las guío al recuerdo, al perdón. Son ellas más mías que de ellas yo.

CLASE DE LENGA Y LITERATURA. Memorizar poesía, por Santiago Delgado

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La mejor clase de Lengua es aquélla que se emplea en memorizar un poema. Los poetas escriben para eso. No para que ningún profesor le haga la autopsia al poema que escribió, a base de estudiar su estilo, su época, su escuela, su estructura… ¿Quién que es no se sabe un poema de memoria? Saber un poema de memoria no es ningún desdoro. Al contrario, es haber incardinado al poema en nuestra vida.  Un poema que merece la pena saber de memoria, e interpretarlo adecuadamente, desde la voz del alma es el titulado “El Viaje Definitivo”, de Juan Ramón Jiménez. Dice así: El viaje definitivo … Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará nostáljico… Y yo me iré; ...

CLASE DE LENGUA Y LITERATURA: Bécquer y Cia., por Santiago Delgao

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  Pues sí, lo de Cia podría aludir a toda la serie de poetas en español que le sucedieron, hasta más o menos, hoy. Pero no. La intención del artículo de hoy no es ésa. La cosa quiere hacer referencia al hecho de su publicación, no de su creación. Verán, Bécquer tenía una paguita, o chollo, del Estado. Hasta en eso fue un adelantado de su tiempo. Se la había conseguido su amigo el político González Bravo, inevitablemente gaditano, la mejor cantera del ramo en mucho tiempo. Lo hizo censor de novelas. Lo de censor no tenía tanta mala fama como ahora. Cela también lo fue de Franco, dicho sea de pasada.  Bueno, pues, a lo que íbamos. El poeta, así como hacerle ser importante y benefactor de las musas, le hizo, a González Bravo, custodio de sus manuscritos. Aún no había ordenador, ni nada. Bueno, pues en esto llega la Revolución del 68, no la de París, de Cohn Bendit y todo aquello y tal; sino la defenestración (simbólica) de los Borbones. Isabel II escapa a París desde San Sebast...

Cuaderno de Naufragios IX. La caja de Pandora, por Vicente Llamas

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Todo lo que reptaba por angostas avenidas embozadas en la bruma de geografías inversas, condenadas al polvo. Todo lo que merodeaba alrededor de hogares entumecidos por la costumbre, incapaz de erguirse, furtivo y avergonzado de su propia deformidad, sin atreverse a traspasar el umbral para herir o desgarrar. Todo lo oculto a miradas comunes que batía sus alas nocturnas antes de volverse hacia sí y recluirse en la sombría madriguera para ayunar durante meses, ahuyentado por la ira desordenada de un niño o el llanto de una mujer encinta. Todo lo que yacía desnudo e incompleto, imbuido de una forma más aviesa, todo lo velado por un manto de excusas urdidas al otro lado del muro, incubado en el silencio que separa dos vidas empañadas por el fino tejido de detalles banales que deshace lentamente la complicidad. Todo lo que reclamaba moteles en las afueras, obscenos rituales de fobias trazando un mapa apócrifo de pasos quebrados, estuarios subterráneos y cauces secos que sólo pertenecí...

PUNTO DE FUGA, La poesía, promesa de inmortalidad, por Charo Guarino

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El pasado 7 de julio fallecía el poeta cartagenero José María Álvarez, y hace solo unos días, el 11 de este mes de octubre, lo hacía la también poeta cartagenera María Teresa Cervantes. Podemos decir que ambos han alcanzado por méritos propios la inmortalidad que confiere la escritura a los escritores consagrados. Sin ninguna duda sus versos seguirán leyéndose y su aliento latirá en otros corazones.  A finales del siglo I a.C., en el período aúreo de la literatura latina, poetas como Horacio, u Ovidio introducen en sus obras reflexiones metapoéticas como la relativa a la inmortalidad del creador. ‘Exegi monumentum aere perennius’ (He erigido un monumento más duradero que el bronce), escribe Horacio en el primer verso de la última oda de su libro III (III 30, 1), y unos versos más adelante afirma ‘non omnis moriar’ (no moriré del todo). De un modo mucho más rotundo, Ovidio finaliza sus ‘Metamorfosis’ con el verbo ‘vivam’ (viviré), y  en los versos inmediatamente precedentes se ...

Clase de Lengua y Literatura. Hoy, toca el Arcipestre, por Santiago Delgado

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Hoy, toca el Arcipreste:                 ¡Ay, Dios! ¡cuán hermosa viene doña Endrina por la plaza!              ¡Qué talle y qué donaire! ¡qué alto cuello de garza!             ¡qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buena andanza!            Con saetas de amor hiere cuando los sus ojos alza.     Pocos versos más acertados que éstos castellanos del Arcipreste de Hita, Juan Ruiz, en el siglo XIV, para expresar el arrobamiento, el estupor erótico, pleno de conciencia amorosa y deseo carnal, por parte del varón ante la fémina soñada. Cuánta admiración y pasión hay en esos pronombres exclamativos y anafóricos: ¡qué…!”, referidos a partes corporales tan significativas como inespecíficas de la mujer: talle, cuello, cabellos, boquilla… Pero también a cualidades inmateriales: donaire, buenandanza… que son sobrea...

PUNTO DE FUGA. A mi madre, en el día de las madres, por Charo Guarino

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Hoy, primer domingo de mayo, se celebra el día de la madre en España. Mayo, el mes de las flores, es un mes poético por excelencia, pues en él la primavera se encuentra en todo su esplendor en nuestro hemisferio, y la vida se renueva en un ciclo que a nuestro sentir mortal se antoja perpetuo. En la antigua Grecia se explicaba esa reincidencia natural como el resultado de un pacto que tenía como protagonistas a una madre y una hija divinas: Deméter y Perséfone. El amor maternal se imponía a la violencia, al poner como condición la diosa de la agricultura, para no poner fin a la vida en caso contrario, la restitución siquiera temporal de su hija raptada y llevada al inframundo por su tío Hades. Cuando mi hermana Ana y yo éramos niñas, y más tarde, cuando nació la pequeña, Manoli, mi madre preparaba un ramillete de flores para que las lleváramos al colegio en honor a la Virgen y cantábamos aquello de “El trece de mayo la Virgen María bajo de los cielos a Cova da Iria…”, en referencia a la...