CLASE DE LENGA Y LITERATURA. Memorizar poesía, por Santiago Delgado






La mejor clase de Lengua es aquélla que se emplea en memorizar un poema. Los poetas escriben para eso. No para que ningún profesor le haga la autopsia al poema que escribió, a base de estudiar su estilo, su época, su escuela, su estructura… ¿Quién que es no se sabe un poema de memoria? Saber un poema de memoria no es ningún desdoro. Al contrario, es haber incardinado al poema en nuestra vida. 

Un poema que merece la pena saber de memoria, e interpretarlo adecuadamente, desde la voz del alma es el titulado “El Viaje Definitivo”, de Juan Ramón Jiménez. Dice así:


El viaje definitivo

… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostáljico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.

¡Qué maravilla de poema! Esa contingencia sublime que es el poema queda plasmada en estos versos, tan fáciles de retener en la memoria del alma, como profundos son en significado. Tempus fugit, vencido por el canto inmortal de los pájaros. Y por el paisaje sencillo de un sentido de lo andaluz universalmente elemental. Y el poeta, que lo ve y nos lo cuenta en verso rimado, que más suena a flauta u oboe, que a tambor y pandereta. Un poema que nos hace más humanos, si lo memorizamos.

Es todo, esto no va para examen. Es materia del espíritu, no del cerebro. Recojan con orden y salgan.



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