LOS SONIDOS Y EL TIEMPO. El compositor de Hitchcock, por Gabriel Lauret

 


Una observación antes de comenzar. El famoso director Alfred Hitchcock, mago del suspense, dirigió entre 1925 y 1976 más de 50 películas. A pesar de que el director británico está ligado a músicos tan extraordinarios como Franz Waxman (La ventana indiscreta, Rebeca o Sospecha), Miklos Rosza (Recuerda), Dimitri Tiomkin (Yo confieso), Maurice Jarre (Topaz) o incluso John Williams (en su última película, La trama), la mayor parte del público recuerda especialmente aquellas películas en las que trabajó con este compositor, que sólo escribió la banda sonora de siete de ellas y durante un periodo de apenas diez años de relación artística. Estoy seguro de que si usted es aficionado al buen cine y tiene cierto conocimiento de su música, seguro que habrá supuesto que el compositor de Hitchcock solo podía ser Bernard Herrmann.


Herrmann era un músico de excelente formación, consciente de su valía, que exigía plena autonomía para componer sin que el director se interpusiera y que pensaba que su música superaría las propias películas a las que acompañaba. Además, cosa rara si ven los títulos de crédito de una película actual, era él mismo, en solitario, quien realizaba todo el trabajo de orquestación, para él algo tan personal como su propia huella dactilar.


Comencemos por el principio, en 1911, cuando Maximilian Herman (sic) nació en Nueva York en el seno de una familia judía de origen ruso. Estudió música en la Universidad de Nueva York y en la prestigiosa Juilliard School of Music de la misma ciudad. Hubo un Herrmann, ya músico, antes de Hitchcock. En 1934 entró como director de orquesta en la CBS, una de las principales cadenas de radio del mundo (y de televisión desde 1941), convirtiéndose en 1943 en el director titular de su orquesta sinfónica. Aprovechando las emisiones, introdujo muchas obras nuevas al público norteamericano, dando a conocer, entre otros, al compositor americano Charles Ives, que era prácticamente desconocido. Como músico de formación clásica también compuso importantes obras “convencionales”, que fueron interpretadas por directores del prestigio de Stokowski, Ormandy o Beecham. Entre ellas, una Sinfonietta para cuerdas, la cantata Moby Dick (1938) y la ópera Cumbres Borrascosas (1943-1951), sobre la única novela escrita por Emily Brontë.


Entre las tareas de Herrmann en la CBS estaba la de poner música a diversos programas, en uno de los cuales conoció a otro de los grandes del cine mundial, Orson Welles. Con él participó en 1938 en la famosa adaptación de Welles de La guerra de los mundos de H.G. Wells, que provocó escenas de pánico cuando muchos oyentes creyeron que se estaba produciendo la invasión alienígena de la Tierra. Con Welles escribiría su primera banda sonora para Ciudadano Kane (1941), siempre un top en las listas de mejores películas de la historia. Poco después obtendría su único Oscar con El hombre que vendió su alma (1941) de William Dieterle. Del periodo pre-Hitchcock también podemos mencionar Ana y el rey de Siam (John Cromwell, 1946), Ultimátum a la Tierra (Robert Wise, 1951) o Las nieves del Kilimanjaro (Henry King, 1952).


Su colaboración con Hitchcock transcurrió entre 1955 y 1964, con títulos tan extraordinarios como Vertigo, Con la muerte en los talones y Psicosis. También participó como asesor en Los pájaros (1963), que no tiene música y cuya banda sonora son los sonidos de estas aves creados electrónicamente. Era tal la confianza que tenía en él que Hitchcock no dudaba en extender o acortar las escenas dependiendo de la duración de la música compuesta. El momento más famoso de toda la producción de Herrmann, y probablemente de Hitchcock, es la famosa escena de la ducha de la película Psicosis, en la que el sonido punzante de los violines acentúa el efecto de las puñaladas y de los continuos cambios de plano. Sin embargo, la relación entre los dos acabó abruptamente a raíz de la película Cortina rasgada (1966). El director quería una música que siguiera las tendencias del jazz y del pop. Aunque aceptó inicialmente, Herrmann escribió la música de acuerdo a su estilo personal, el tipo de música que realmente sabía hacer. Tras un duro enfrentamiento, la partitura fue rechazada y Herrmann no volvió a trabajar con Hitchcock.


También hubo vida, películas, tras la separación. Durante unos años en los que estuvo en Europa colaboró con François Truffaut en Fahrenheit 451 y, tras regresar a los Estados Unidos, todavía participaría en películas de Brian de Palma y de Martin Scorsese, para quien compuso la banda sonora de Taxi Driver. Poco después de concluir la grabación de la música para esta película, Herrmann falleció mientras dormía en la habitación de un hotel de Los Ángeles en la Nochebuena de 1975.


Al igual que el Cid, después de muerto continuó ganando batallas; más bien, fueron otros quienes aprovecharon su música. En los años 90 se realizaron dos adaptaciones de películas en las que había participado. El compositor Elmer Bernstein (viejo conocido de esta sección) adaptó la música de Herrmann para la actualización de El cabo del miedo de Scorsese, y la amplió añadiendo fragmentos de la partitura rechazada por Hitchcock para Cortina rasgada. Algo similar hizo Danny Elfman para la versión que realizó Gus Van Sant de Psicosis.




Alfred Hitchcock (izquierda) y Bernard Herrmann,  

posiblemente hacia 1950. © Everett collection Inc




Herrmann, en poco más de tres décadas, revolucionó la composición de bandas sonoras cuando abandonó la técnica musical descriptiva que se usaba en Hollywood en los años 30 e impuso su propio y peculiar vocabulario armónico y rítmico, por lo que está considerado como uno de los mejores compositores de música para el celuloide de toda la historia.


Sólo me queda ponerles trabajo de fin de semana: al igual que cuando hablamos de Berstein, vayan escuchando la música de las películas que he ido nombrando o, mejor, vean las películas y cómo el argumento, la música y el desarrollo escénico se entrelazan de una forma absolutamente única y admirable.




Fotografía de un ensayo de The Mercury Theatre on the Air de la cadena de radio CBS, que se publicó en muchos periódicos estadounidenses después de la transmisión de "La guerra de los mundos". Pueden apreciar a Orson Welles, con los brazos en alto, y a Bernard Herrmann dirigiendo la orquesta de la CBS. En la parte inferior y de izquierda a derecha,  el actor Ray Collins delante del micrófono, Richard Wilson, William Alland y Arthur Anderson. Permite imaginar cómo se desarrollaba una emisión en directo en aquella época (1938) © Acme telephoto.







Bandas sonoras de Bernard Herrmann:


Suite de la Banda Sonora de Ciudadano Kane (1941).

Con la muerte en los talones (BSO, 1959).

Psicosis (BSO, 1960).

El cabo del miedo (BSO, 1962).

Taxi Driver (Tema principal, 1975).




Comentarios

  1. Volveré a ver alguna de esas películas que citas y pondré más atención... y oído!!

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  2. Olvidé firmar: César 😁

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  3. ...y en la segunda versión de El hombre que sabía demasiado, sale dirigiendo, con la famosa e inquietante escena final del platillazo...

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  4. ...y en la segunda versión de El hombre que sabía demasiado, sale dirigiendo, en la famosa e inquietante escena final del platillazo...

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