EL ARCO DE ODISEO. Hannibal el Caníbal, libro de Thomas Harris, por Marcos Muelas

“Quid pro quo, Clarice…, yo te cuento cosas y tú me cuentas cosas”. Cualquiera que recuerde esta conocida frase sabe perfectamente a qué obra maestra de Thomas Harris nos estamos refiriendo. Con ella se presentó en el cine al inquietante doctor Hannibal Lecter hace ahora tres décadas. Junto a él, una joven Clarice Starling, estudiante en la academia del FBI que es enviada a entrevistarse con el doctor Lecter, un prestigioso psiquiatra encerrado y aislado en un hospital psiquiátrico de alta seguridad para el resto de sus días. 

Lecter había sido capturado años atrás acusado de varios asesinatos. En su modus operandi eran protagonistas el salvajismo y el canibalismo. Pero, lejos de la brutalidad de sus actos, Hannibal es un hombre de cultura notable y gustos muy refinados. Un auténtico gourmet del crimen.

Tras una sucesión de crímenes, así como el secuestro de la hija de una senadora, el FBI se ve obligado a pedir la colaboración de Lecter, brillante psicoanalista y especialista en perfiles de asesinos. Es aquí cuando Hannibal, nada colaborador con las fuerzas del orden, encuentra en la joven Starling un potencial que atrae especialmente su interés.

En la novela de Thomas Harris, "El silencio de los corderos", aparecen varios encuentros más entre la Agente Starling y Lecter.

Así, Judy Foster se vería las caras con el que sin duda es uno de los mejores actores de todos los tiempos, Anthony Hopkins. Serán las mejores interpretaciones en las carreras de ambos actores por lo que fueron galardonados con sendos premios Oscar de reconocimiento personal y tres estatuillas más a mejor película, director y guion adaptado. 

Con ello el mundo conoció a Hannibal el Caníbal y no sería la última vez que supieran de él. 

Pero, el carismático caníbal ya había aparecido antes en otro libro de Thomas Harris, “El Dragón Rojo”, y en “Manhunter”, la adaptación cinematográfica con menor trascendencia. Tras el éxito en taquilla del "Silencio de los corderos ", Hopkins fue llamado de nuevo a interpretar al célebre doctor en la secuela “Hannibal” y en una nueva película de “El Dragón Rojo”. Ambas obras maestras de culto, que aunque no obtuvieron los premios de la original, nos hicieron disfrutar de las calles de la maravillosa Florencia y de un gran elenco de actores, como el tristemente desaparecido Ray Liotta, Edward Norton, Julianne Moore, y un irreconocible Gary Oldman en una magistral interpretación. “Hannibal” fue dirigida por Riddley Scott. En ella Hans Zimmer nos trae una exquisita banda sonora que incluye piezas extraordinarias como Vide Cor Meum.

El papel del doctor Lecter también ha sido interpretado por otros actores como Brian Cox, Mad Mikkelsen en la serie de televisión y el recientemente fallecido Gaspard Ulliel, intérprete de un joven Lecter en “Hannibal, El origen del mal”. Todos ellos supieron dar vida a tan complejo personaje aportando icónicas escenas para el recuerdo.

Thomas Harris es un excelente escritor estadounidense autor de seis novelas, cuatro de ellas ligadas a la saga del doctor Lecter. 

Harris nos presenta un thriller policíaco cargado de escenas duras y turbias pero con una apasionada musicalidad y elegancia impropias de otras sagas. Con un claro protagonista, Lecter, un despiadado asesino con la "pequeña" obsesión de matar y consumir carne humana, eso sí, cocinada con el gusto de un gran cheff.

"Cuando sea factible, uno siempre debe de tratar de comerse a los groseros" reconoce con sus propias palabras.

Lecter es en ocasiones juzgado por el público erróneamente. Recibe una crítica que no ve más allá de su pasión por las muertes atroces, perdiéndose el encanto y pasión de este personaje que a la mayoría nos fascina y atrae. Un personaje capaz de elaborar un delicado perfume con las notas de Clarice y plasmar lo más profundo de su ser a modo de misiva lacrada. “Querida Clarice. He seguido con entusiasmo el curso de su deshonra…”

Tanto en el cine como en las novelas descubres el vínculo que llega a fraguarse entre Lecter y Starling, obligados a enfrentarse en una creciente mezcla de admiración mutua y un potente erotismo intelectual que los atrae sin remedio. Miedo y pasión reprimidos.

El final de la saga difiere entre el libro y la película, pero tanto uno como el otro son sorprendentes y acertados, sin desmerecer la historia.

 Si te gustaron las películas disfrutarás aún más los libros.

“Dime Clarice, ¿han dejado ya de gritar los corderos?”