ESCRITOR INVITADO. La amistad (I), por Juan Ángel Sánchez

Hoy voy a hablarte, hijo mío, de la amistad y me voy a apoyar en el mejor amigo que te puede ilustrar: la filosofía; y más concretamente en Aristóteles. Léelo detenidamente porque he intentado condensarlo mucho.

La amistad es importante para que los jóvenes no cometan errores. Podemos aprender de los amigos para no sufrirlos. Un buen consejo te librará de muchas dificultades y si está basado en la experiencia es más probable que sea acertado, por esto debes escuchar siempre a los mayores, aunque no siempre tienes que hacerles caso.

La amistad es importante en la edad madura para cooperar y beneficiarse mutuamente y para los ancianos es necesaria, por su debilidad, la ayuda de un amigo.

Ahora que tenemos claro que es esencial en todas las etapas de la vida, intentaré clasificar los tipos de amistad, aunque debes tener claro que solo hay una verdadera, completa y duradera que es la que practican los hombres buenos y semejantes que desean el bien a sus amigos simplemente por el hecho de serlo.

La amistad por utilidad es la que encontramos en el trabajo o la escuela y en otras muchas facetas de la vida. Se basa en lo útil que te resulta una persona para conseguir algún tipo de beneficio. Si eres capaz de identificar a los que te quieren por utilidad, te ahorrarás muchas ofensas puesto que entenderás estas rupturas como algo natural: se acabó el beneficio, se terminó la amistad.

Con la amistad por placer pasa lo mismo que con la de utilidad: los que aman por utilidad o por placer lo hacen por su propio bien o por su propio placer. Quiere decir que cuando estas amistades dejan de proporcionarles utilidad o placer, desaparecen.

La verdadera amistad y la que me gustaría que conocieras es a la que vamos a llamar “perfecta” aunque, en realidad, no exista nada totalmente perfecto ni eterno. Solo los hombres virtuosos pueden acceder a ella, y perdurará mientras que sean buenos unos con otros y beneficiosos recíprocamente porque se dan una amistad por ser ellos mismos, no por utilidad o placer.

Es difícil de encontrar porque escasean este tipo de personas. Para afianzarla es necesario tiempo e intimidad. El deseo de amistad si puede ser rápido pero la amistad verdadera no. Los dos amigos deben recibir del otro lo mismo o parecido. Este tipo es ajeno a la calumnia porque al conocerse bien; estos amigos tienen una confianza que facilita que no crean nada malo de esta otra persona. Es en las otras formas o tipos de amistad en la que si puede suceder la difamación y la ofensa. La distancia no la destruye, pero si lo hace la falta de trato. Comprobarás que puedes pasar tiempo sin ver a un amigo y de repente tomar un café con él y tener la sensación de que fue ayer la última vez que hablasteis; la confianza y la complicidad siguen en las palabras de tu amigo.

No es posible ser amigo de muchas personas con una amistad “perfecta”. En primer lugar, porque hay que conocer mucho a la otra persona, mantener una intimidad y eso requiere de tiempo, y este es el mayor regalo que se le puede dar a un amigo: tu tiempo.

A la mayoría de gente le gustan los aduladores, que es un amigo que está en inferioridad -o que finge ser inferior- y prefiere amar a ser amado, pero el hecho de ser amado es algo relacionado con el ego, con recibir honores.

Por otra parte, están aquellos que buscan ser honrados por los buenos y sabios esperando afianzar la propia opinión de sí mismos. Lo que parece cierto es que esto último es más importante y superior a recibir honores o reconocimiento que es a lo que casi todo el mundo aspira.

De lo que no hay duda es de que, aunque se posean todos los bienes del mundo, o la pobreza más absoluta, nadie debería vivir sin amistad porque en cualquier dificultad siempre cabe el refugio en un amigo.

Un último consejo sobre las personas y la amistad. Aléjate siempre que puedas de los tontos porque te harán daño, aunque no tengan malas intenciones. Y siempre intenta ser el mejor amigo de todos tus amigos como lo era el abuelo Paco.