EL ARCO DE ODISEO. Mujeres que derribaron muros, por Marcos Muelas







Esta semana se ha celebrado el día internacional de la mujer. Recientemente hablamos en este mismo blog acerca de las grandes heroínas de la Segunda Guerra Mundial, imprescindibles para la vitoria. Hoy pondremos rostro a otras heroínas que, aunque no participaron en ningún conflicto bélico, lucharon de la misma manera por los sus derechos y por la igualdad. Mujeres que aportaron ciencia, investigación y sacrificio para abrir puertas a generaciones futuras.

Comencemos con Marie Curie, una investigadora avanzada a su época que revolucionó el mudo científico con el descubrimiento del Polonio y el Radio. Natural de Polonia, se vio forzada a desarrollar sus estudios clandestinamente, ya que la mujer tenía vetado el acceso a la universidad. Sus logros y aportes le hicieron ganadora del premio Nobel de Física en 1903 y años más tarde el de Química convirtiéndose en la primera mujer de la historia que los recibiría. Añade a sus logros haber sido la primera mujer profesora de la Universidad de Paris. No nos engañemos pensando que Marie tuvo el reconocimiento de sus contemporáneos. Aún con sus logros más que notables, tuvo que luchar contra una sociedad machista que intentó bloquear su carrera en varias ocasiones. Sus compañeros de profesión la menospreciaban mientras la prensa cargaba contra ella.

Sus experimentos la expusieron a altas concentraciones de radiación que minaron su salud durante años y acabaron con su vida. Sus restos mortales descansan hoy en el Panteón de París. Tuvo que esperar 61 años para que se le reconociera tal distinción.

En Estados Unidos, encontramos a Rosa Parks, de descendencia africana, que se negó a ceder su asiento a un hombre blanco en el autobús. Según las leyes de Alabama en 1955, cualquier persona de color estaba obligada a ceder su asiento a un blanco, si éste lo requería. Su negación le costó la cárcel. Su valiente obstinación conllevó el levantamiento de miles de ciudadanos que protestaron por las injustas leyes segregacionistas. A su salida de prisión, Rosa pasó el resto de su vida luchando en favor de la igualdad y la justicia. En 1999 recibió la medalla del Congreso de EEUU por su lucha por los derechos civiles.


Malala Yousafzai es una joven activista y bloguera pakistaní que desde su adolescencia denunció la prohibición que impedía a las niñas de su país escolarizarse. Su gran alcance mediático le costó un atentado con tan sólo quince años. Sobreviviendo milagrosamente, Malala se convirtió en feroz defensora del derecho universal de las niñas para tener acceso a la educación. Dos años después del atentado recibió el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos y dedicación.

En el campo de la literatura también encontramos las dificultades que tuvieron que pasar las mujeres para poder publicar sus novelas. Quizá no os suene el nombre de Currer Bell. Y eso es una buena noticia, ya que fue el pseudónimo masculino que tuvo que adoptar Charlotte Brontë para publicar su novela Jane Eyre. Como todo escritor con sueños, Charlotte envió su novela para su evaluación. En este caso, confió esta tarea al criterio de uno de los poetas más notables de la época, Robert Southey. Tras tres meses de espera, Southey le comunicó que “La literatura no podía ser asunto de la vida de una mujer”. Este hecho no impidió que la obra fuera publicada, aunque para ello tuviera que ocultar su género utilizando el nombre de un hombre.

Igualmente, su hermana, Emily Brontë, tuvo que verse forzada a utilizar un pseudónimo masculino para publicar la célebre Cumbres borrascosas. Anne Brontë, también tuvo que imitar a sus hermanas para poder publicar. Así, las tres hermanas se vieron obligadas a la suplantación de género para que sus obras vieran la luz, en una época en la que la mujer estaba vetada a ello.

Louisa May Alcott también comenzó su carrera literaria publicando bajo un pseudónimo que escondiera su sexo. Sin embargo, se empeñó en firmar con su verdadero nombre la novela Mujercitas intuyendo su éxito. Afortunadamente lo consiguió, y hoy podemos encontrar la obra en todas las librerías, donde el nombre de su autora original brilla en la portada.

Estos son solo unos pocos nombres que representan las incontables mujeres que tuvieron la mala suerte de nacer en una época machista, por desgracia, no muy lejana. No podemos dejar de preguntarnos cuántas obras o descubrimientos habrán quedado sin ser publicados por el injusto delito de tener autoría femenina.

Algunas de estas notables mujeres murieron sin recibir el reconocimiento merecido. Sus trabajos y obras tuvieron que esperar años para serles adjudicados. Seguramente muchos logros femeninos habrán quedado perdidos en el camino, silenciados o atribuidos a nombres masculinos por una sociedad injusta y desfasada.






Comentarios

  1. Una maravilla leerte y como nos das una pincelada de la cantidad de mujeres que han tenido que "esconderse" detrás de un nombre masculino para poder dar visibilidad a su obra.

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  2. Profunda y verifica reseña que refleja la notable estupidez inherente en el género humano limitando la genialidad por razones tan absurdas como el género, la raza o la sexualidad... Pero lo que es más increíble aún es que, lejos de llegar a un equilibrio basado en el aprendizaje que nos insufla la memoria histórica, hoy en día siga existiendo exclusión, indefensión y estigmatización hacia el hombre por ser hombre en muchísimos hambitos culturales y no culturales .. "si eres hombre eres violador, solo queremos mujeres para editar libros, está ópera solo se canta por mujeres"... Y así a diario... Lamentable... Lo primero que somos es seres humanos y la genialidad no tiene género y es una aberración limitarla!! Gracias querido amigo y por favor disculpa mi desahogo, pero es que soy esposa, hija y hermana de hombres buenos, maravillosos y geniales.

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  3. Genial, sería imposible nombrarlas a todas, pero cada una es digna merecedora de tal honor

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