RESEÑA de El Goya del Titanic, por José Manuel Vidal Ortuño


El Goya del Titanic», de Santiago Delgado, es una novela muy amena, por mezclar, en su justa medida, erudición y ligereza. El autor demuestra un gran conocimiento de personajes históricos de Murcia -conde de Floridablanca, Antonete Gálvez...-, y de ahí obtiene los retratos más humanos. La ligereza se consigue mediante la técnica de seguirle la pista a un desaparecido retrato de Manuel Godoy, pintado por Goya, e imaginar qué fue de él. El resultado de la narración podría resumirse con el título de una colección de cuentos de Azorín: «...Y pudo ser así». 

La estructura novelesca es, asimismo, muy acertada, ya que sobre el devenir de un objeto, un cuadro en este caso, que actúa como hilo conductor, se van ensartando distintas historias de personajes diversos, unos reales y otros no tanto. Me resulta grato comparar esta obra de Santiago Delgado con otros ejercicios novelescos, con los que guarda algún que otro parecido: «El escarabajo» (1982), de Manuel Mujica Láinez, y «El sueño de Venecia» (1992), de Paloma Díaz-Mas.




Comentarios