EL ARCO DE ODISEO, La canción de Aquiles, por Marcos Muelas




"El filo del cuchillo cayó sobre la garganta de Ifigenia y la sangre manó a borbotones sobre el altar, cayendo también sobre su vestido. La pobre intentó hablar, pero, asfixiada, no lo consiguió. Al cabo de un buen rato sus forcejeos se debilitaron y pateó con menos fuerza, y por último yació inmóvil.

—La diosa ha sido aplacada —anunció Agamenón con las manos chorreando de sangre en medio de un silencio sepulcral."

Con el sacrificio de su propia hija, el rey Agamenón esperó reparar la ofensa a la diosa Artemisa, que hasta ahora había privado del viento a las velas de su flota impidiéndole partir hacia las costas de Troya.

Retrocedamos en esta historia para encontrar el casus belli de esta mítica guerra. Helena es considerada la mujer más hermosa de su época. Casada con Menelao desaparece tras la visita de los emisarios troyanos al palacio de su marido.

Algunos dicen que Paris, príncipe de Troya, la ha seducido con engaños o incluso puede que raptado, para alejarla de su marido. Sea como sea, Menelao, hermano del rey de Micenas, no va a dejar pasar esta afrenta. Con la intención de recobrar su honor y a su legítima esposa (y de paso aumentar su grandeza y riqueza), ambos hermanos reunirán a los griegos para formar un ejército que asalte Troya.
Bajo promesas de tesoros y gloria, el rey Agamenón pide a los griegos que lo acompañen a la guerra. Los helenos embarcan entusiasmados en lo que esperan será una guerra corta.

La canción de Aquiles es una novela escrita por Madeline Miller, licenciada en Filología Clásica y autora de otras obras en las que se hace un repaso de los mitos griegos. Esta vez, la autora pondrá voz a Patroclo para narrar en primera persona su historia junto a Aquiles.

Patroclo resulta ser una decepción para su padre. Un desafortunado accidente hace que sea desterrado de su propio reino al del rey Peleo. Ahí conocerá al hijo de este rey, Aquiles, cuando apenas rozaban la adolescencia.

No tardan en convertirse en inseparables camaradas y con el tiempo su amistad irá creciendo hasta transformarse en algo más profundo.

Aquiles, hijo del rey Peleo y Tetis, una Nereida ninfa de mar, es un semidios. La divinidad corre por las venas del héroe y a su nacimiento, su destino ya está escrito.

Para su educación, el padre de Aquiles enviaría a los dos jóvenes con el centauro Quirón del que aprenderían el arte de la medicina, la astronomía y otros valiosos conocimientos. Tras unos primeros años de felicidad, la guerra acabará cruzándose en su camino. La ninfa Tetis, sabedora de que su hijo será reclamado a este conflicto, hará lo posible por ocultarlo. Pero, Aquiles había sido profetizado como el mayor guerrero de su época y por ello los griegos lo querían de su lado. Uno de los generales griegos, Ulises, el astuto rey de Ítaca, sabedor que para su empresa necesitará la ayuda del mejor guerrero vivo, buscará al semidios.

Y quién mejor que Ulises para dar con él. El rey de Ítaca, que años más tarde acabaría convirtiéndose en el protagonista de la Odisea, hizo gala de su astucia para obligar a Aquiles a unirse a las tropas de Agamenón. Ante la noticia, Tetis entra en cólera. Si era cierta la profecía, su hijo acabaría convirtiéndose en el héroe de la guerra que estaba por venir, pero a un alto precio. Se había profetizado que el Pélida, como también se le conoce, acabaría con la vida del príncipe Héctor, hermano de Paris y el mejor guerrero de Troya. Tras la muerte del héroe troyano, estaba decidido que Aquiles muriera irremediablemente.

Por las noches, en su tienda, Patroclo rogaba a su querido Aquiles que no se enfrentara a su némesis, a fin de engañar al destino. Y ya sea por destino o fortuna para ambos, sus caminos no se cruzaron en las batallas transcurridas durante una década. Durante el día, Patroclo ayudaba en el cuidado de heridos y enfermos mientras Aquiles combatía contra los resistentes troyanos. Por las noches ambos hombres intentaban disfrutar de los que bien sabían podían ser sus últimos momentos de vida.

Pero ya sabemos cómo acaban los designios de los dioses helénicos, ansiosos por cumplir sus caprichos y completar sus profecías.
Díez años duró esta guerra, donde la costa de Troya se cubrió de sangre mientras héroes de ambos bandos caían irremediablemente. El gigante Ajax, Paris y su arco certero, Héctor, pilar de Troya… Héroes y semidioses libraron la batalla más importante de la Grecia antigua, mientras compartían bebida, triunfos y pérdidas.

Sobre el campo de batalla, donde las epidemias y los dioses se cebaron con el campamento griego, estos resistieron con coraje. Patroclo nos mostrará la cara desconocida del héroe griego. Una nueva revisión de La Ilíada del maestro Homero, sin duda interesante para los incontables amantes de esta epopeya.

Esta es la canción de Aquiles, héroe, caudillo de hombres y, ante todo, leyenda.




Comentarios