LOS SONIDOS Y EL TIEMPO. Don Chisciotte alle Nozze de Gamace, por Gabriel Lauret




La lista de compositores que se han servido del Quijote de Miguel de Cervantes en su obra es larga y variada, abarcando diferentes estilos y formas musicales, en un gran número de países y a través de los siglos. Esto no deja de ser un testimonio más, inequívoco, eso sí, de la influencia del Quijote en las distintas sociedades, sobre todo europeas.

De los muchos autores sobre los que podría escribir, hoy me voy a centrar en uno en concreto por razones bien distintas. Después de hablarles en artículos previos de W. A. Mozart y de Martín y Soler, quiero completar mi particular trilogía dapontina, los compositores que trabajaron en Viena con el gran poeta y libretista Lorenzo da Ponte, con Antonio Salieri.

Salieri nació en Legnano, muy cerca de Milán, en 1750. Muy joven se trasladó a Venecia donde conoció a Leopold Gassmann, maestro de capilla (el rango musical más alto de la corte) en Viena, quien se lo llevó con solo dieciséis años a la capital austriaca y bajo cuya dirección inició un programa intensivo de formación musical. Además, por su carácter supo ganarse la amistad de personas que le ayudarían como el poeta Metastasio, Gluck, compositor de moda en Paris, o el propio emperador José II, quien también le ayudó en Italia y Francia a través de sus hermanos, entre ellos María Antonieta.

Desde 1769 comenzaría a escribir óperas tanto en estilo italiano como en estilo francés. Quizás su mayor éxito sería L'Europa riconosciuta, con la que se inauguró en 1778 la Scala de Milán, una ciudad regida por entonces por el Imperio Austriaco. Otra obra trascendente fue Tarare, escrita en francés y representada en París en 1787, de la que Da Ponte hizo una adaptación italiana para la ciudad de Viena, Axur, que subiría el telón más de 100 veces en los teatros de la corte entre 1788 y 1805.

En febrero de 1788, José II le otorgó el cargo de maestro de capilla, puesto en el que permaneció hasta su jubilación en 1824, siendo su mandato el más largo en la historia de la institución. Pero, poco después, cambiaron las tornas por la muerte del emperador y porque la Revolución impidió que continuara su actividad en París. En 1804, Die Neger, su última ópera, tuvo poco éxito, muestra de que los nuevos tiempos devoraban a los referentes del pasado.

Después de retirarse de la composición operística, Salieri se dedicó a la enseñanza, en muchas ocasiones de forma altruista. Se especializó en la formación de sopranos de coloratura y la lista de los compositores a los que enseñó es muy difícil de superar ya que incluye a Beethoven, Schubert, Liszt, Czerny y Hummel. Como ejemplo también de su carácter filantrópico, fue presidente de una sociedad creada para apoyar a las viudas e hijos de los músicos fallecidos.

Al final de su vida, la salud de Salieri empeoró de forma repentina y de modo irreversible. Quedó ciego, padeció una demencia y fue internado en un hospital, muriendo en 1825.

Una de sus primeras óperas, o divertimento teatral, como Salieri lo definió, fue Don Chisciotte alle nozze di Gamace (Don Quijote en las bodas de Camacho), estrenada en 1771. El libreto fue escrito por Giovanni G. Boccherini, hermano del célebre compositor. La obra es una adaptación libre de los capítulos 19 y 21 de la Parte II de la novela de Cervantes, una mezcla de ópera bufa y ballet que permitió el lucimiento como coreógrafo de Jean-Georges Noverre, considerado el creador del ballet moderno. Sin embargo, no tuvo éxito, por lo que ópera y ballet se representaron posteriormente por separado.

Para acabar, llega el momento que seguro que todos ustedes esperan: les voy a hablar de su relación con Mozart.

La idea que tenemos hoy de Salieri es producto, principalmente, de la mente de una serie de dramaturgos, compositores y directores de cine, y de la interpretación de un grandísimo actor. Aleksandr Pushkin escribió en 1830 una breve tragedia teatral llamada La envidia, que protagonizaban Mozart y Salieri. No hace falta puntualizar quién era el envidioso y quién el envidiado. También en Rusia, Rimski-Kórsakov convirtió esa pieza en una ópera en 1898. El dramaturgo Peter Shaffer retomó el tema en Amadeus (1979), que sólo cinco años más tarde Milos Forman llevaría a la gran pantalla en una multipremiada producción. Como dijo Maurice Jarre al recibir su Óscar a la mejor banda sonora de ese año, menos mal que Mozart no competía. Y en esta película encontramos la genial caracterización del actor americano F. Murray Abraham, que nos convenció a todos de la mediocridad, de la envidia y de la maldad, por qué no decirlo, de Salieri.

Es posible que Salieri impidiera en cierta medida el ascenso de Mozart. Compositores de edad muy cercana, que provenían de círculos distintos, casi podemos considerar normal que cada uno intentara defender su territorio. La realidad también es que ambos autores, como también Martín y Soler y otros, compartieron ciudad, libretistas, cantantes. Probablemente Lorenzo da Ponte aprendió el oficio gracias al trabajo con Salieri en sus óperas anteriores, de lo que se benefició Mozart. Incluso sabemos que los dos compositores escribieron en 1789 de forma conjunta una cantata sobre textos de Da Ponte. Además, Salieri, como parte de sus funciones en la corte, editó obras de Mozart.

Como escribió Cervantes, “Señora donde ay musica, no puede aver cosa mala” la frase del Quijote que tanto mencionan quienes han leído o no este libro. Creo que estarán de acuerdo conmigo en que, probablemente, no hubiera tanta maldad en Salieri como nos han hecho creer.


Retrato de Antonio Salieri (1815) porJoseph Willibrord Mähler

Comentarios

  1. Me parece muy interesante que se desmienta con argumentos la versión que ha dado el cine de Salieri. Gracias Gabriel

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  2. Un artículo muy interesante Gaby..he conocido un poco más de la vida de Salieri...y de Mozart..

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  3. Me maravilla ver.lo bien.documentado que..está el Sr.Lauret

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  4. Después de la película de M. Forman todos nos quedamos con el estereotipo de Salieri, un tipo envidioso y mezquino. Parecía necesario una revisión y reivindicación de su figura. Gracias Gabriel por dar el primer paso

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  5. Muy interesante! Gracias por abrir ventanas al saber

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