PUNTO DE FUGA. La serenidad del ánimo, por Charo Guarino

De entre las muchas virtudes de los clásicos opino que la mayor de ellas es la atemporalidad. Por eso, lejos de estar muertos, son imperecederos, su vigencia es continua y trasciende la barrera del tiempo y cualquier otra de las que el ser humano es tan dado a crear. Ofrecen consejo ante la duda, consuelo en la tribulación, permanente ocasión para el disfrute. Por eso es imprescindible su defensa. Por eso nos resulta tan sangrante a quienes así lo creemos y sentimos pensar en que desaparezcan de la enseñanza el griego y el latín, barridos por vientos que de seguir así traerán vendavales. Permítaseme el tan trillado aserto de que lo que no se conoce no se ama. Tampoco se puede despreciar lo que se ignora, y quien lo hace es doblemente ignorante. La cultura grecolatina es básica porque en ella se hunden nuestras raíces, son su sustento, y sin ella perdemos pie. Los hechos históricos no pueden borrarse, todos nos conforman y a través de ellos hemos evolucionado. La damnatio m...