NOVEDADES DE DULCINEA Homenaje al profesor Ruiz de Elvira y reivindicación de los estudios de Filología Clásica, por Charo Guarino



El martes próximo hará 100 años del nacimiento de Antonio Ruiz de Elvira Prieto, a quien Murcia debe la existencia en su Universidad pública de la titulación en Filología Clásica. Aunque nacido en Zamora, por motivos familiares pasó el fin de su infancia y toda su adolescencia en la ciudad de Murcia. Recién acabada la guerra civil española inició estudios en Medicina en Madrid, pero los abandonó para trabajar durante dos años en el Instituto Nacional de Estadística, hasta que en el año 1944 se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza para estudiar Filosofía. Un insigne latinista, Vicente Blanco, le aconsejó estudiar Filología Clásica, y en 1946 inició esos estudios en la Universidad Complutense. 

El destino volvería a traerle a la Murcia de su infancia y juventud cuando la Universidad convocó la Cátedra de Filología Latina en 1958, que ganó, circunstancias gracias a las cuales fundó el Seminario de Filología Clásica y durante los ocho años que ejerció la docencia en nuestra Universidad impartió clases de Lengua y Literatura Latinas y Griegas. De regreso a la Complutense en 1966, donde permaneció hasta su jubilación en 1989 fue redactor de la revista de filología clásica Emérita de 1948 a 1958 y de 1966 a 1971, año en que fundó Cuadernos de Filología Clásica, revista de la que fue director hasta el año de su jubilación. Dirigió el Departamento de Filología Latina de 1973 a 1989 y fue el primer decano —cargo que ostentó durante siete años— de la Facultad de Filología, segregada en 1975 de la de Filosofía y Letras.

Ya en su primer libro, Humanismo y sobrehumanismo publicado en 1955 por la editorial Aguilar, mostró su amplia erudición en una obra filosófica en la que se percibe su profundo conocimiento de la literatura clásica grecolatina y también de la europea. 

Especialmente destacable es su edición traducida y comentada de las Metamorfosis de Ovidio para Alma Mater, editorial del CSIC, en tres volúmenes, el primero de los cuales apareció en 1964, y, en colaboración con una de sus discípulas, Francisca Moya del Baño, editó, tradujo y comentó las Elegías de Propercio, que vieron la luz en 2001 en la editorial Cátedra. 

También los escritores griegos merecieron su atención, y así publicó ediciones con traducción y comentario del Menón de Platón (Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1958) y de Hero y Leandro de Museo (Madrid, CSIC, 2003).

La Mitografía ha sido el campo al que ha dedicado la mayor parte de sus publicaciones en las que tiene en cuenta las fuentes escritas e iconográficas tanto griegas como romanas. Su Mitología clásica (Gredos, 1975) ha sido reeditada en numerosas ocasiones y continúa siendo obra de referencia, al igual que su Mitología clásica y música occidental (Alcalá de Henares, 1997), pues la música europea es otro de los grandes temas de su interés. 

Su dilecto discípulo, Vicente Cristóbal, Catedrático de Filología Latina en la Universidad Complutense, reunió en 2001 algunos de sus artículos en uno de los números extraordinario de Cuadernos de Filología Clásica bajo el título de Antonio Ruiz de Elvira, Estudios mitográficos reunidos en homenaje al autor por sus discípulos

Realizó una gran contribución a fijar la transcripción coherente de los nombres propios griegos y latinos al español, corrigiendo transliteraciones tradicionales inadecuadas.

Dictó cursos sobre historia de la filología clásica y se ha interesado por la crítica textual de los textos grecolatinos.

De carácter apasionado, defendió con vehemencia los estudios de filología clásica en todas sus facetas, y dejó discípulos que han seguido sus enseñanzas, entre los que, en la Universidad de Murcia, destacan las Catedráticas de Filología Latina Rosa Mª Iglesias Montiel y María Consuelo Álvarez Morán, que han sabido transmitir su amor por Ovidio y la Mitografía y contagiarlo a muchos de sus alumnos. Mi Tesis Doctoral, sobre la exégesis del Ibis ovidiano tomando el testimonio de los hitos más importantes en este sentido desde la Antigüedad a nuestros días, y mi traducción de dicha obra con introducción y comentario, al igual que varios artículos sobre mitografía, humanismo o literatura comparada deben mucho a las enseñanzas de Ruiz de Elvira, de las que de un modo indirecto me he beneficiado.

A la partida de Ruiz de Elvira, una joven Francisca Moya del Baño tomó su relevo en la creación del Departamento de Filología Clásica para lo que contó con profesores llegados de distintos lugares de la geografía española, y que durante muchos años han formado a sucesivas promociones de filólogos clásicos y a un buen número de doctores. Algunos de ellos son hoy profesores en el Grado de Filología Clásica, donde siguen formándose doctores que aspiran a la docencia universitaria; otros muchos han tenido que marcharse a otras comunidades para poder optar a la docencia en enseñanza secundaria, porque incomprensiblemente, pese a que la Universidad acoge a alumnos de la región de Murcia, de Castilla La Mancha y de la provincia de Alicante, y continúa teniendo un número nada desdeñable de matriculados (más de cincuenta en primero en el presente curso académico) y de egresados que obtienen óptimas calificaciones en las oposiciones. Catorce años desde la última vez en que se convocaron oposiciones para el cuerpo de docentes en educación secundaria, pese a que con frecuencia se han tenido que hacer convocatorias extraordinarias para cubrir vacantes o atender sustituciones, incluso sin necesidad de justificar haber realizado el master de profesorado, y hace apenas unos días se ha realizado una convocatoria de acto presencial de adjudicación de aspirantes de las listas de Lengua Castellana y Literatura y Geografía e Historia para impartir asignaturas atribuidas a profesorado de Latín y Griego. Un despropósito, y un desprecio a la formación de especialistas, y al esfuerzo continuado de docentes y estudiantes, cuya vocación sigue quedando fuera de cuestión si atendemos a los resultados, y que pese a todo siguen mostrando un entusiasmo encomiable, que en ocasiones no tiene más remedio que decaer si a lo anterior unimos la incansable labor que desde ITINERA-AMUPROLAG (Asociación de profesores de Latín y Griego de Murcia) y de la Sección de Murcia de la SEEC (Sociedad Española de Estudios Clásicos) se mantiene para evitar la extinción de nuestras materias, en permanente peligro, sobre las cuales parece pender siempre la espada de Damocles. 

Celebremos pues los orígenes de nuestros estudios con el merecido homenaje al profesor Ruiz de Elvira, mientras seguimos reivindicando la importancia de los mismos y el necesario respeto a unos profesionales formados para su docencia. Por enésima vez hemos solicitado audiencia en la Consejería de Educación, y confiamos en que la nueva directora de recursos humanos, Mª del Carmen Balsas, se muestre sensible a esta injusta situación y actúe en consecuencia para que se reconduzca favorablemente y se ofrezca a los alumnos una enseñanza de calidad y a los profesores la ocasión de poder acceder al puesto de trabajo para el que están capacitados, y así devolver a la sociedad lo que ha invertido en su formación.












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