EL VERDE GABÁN, El padre de san Pablo, por Santiago Delgado



Me entero, leyendo cosas y cosas, de que el padre de San Pablo, el Apóstol de los Gentiles, fue constructor de tiendas de campaña. Releo para cerciorarme, y sí, en efecto, industrial de textiles y palitroques. Eso, en el siglo I de nuestra era, mientras, Jesús multiplicaba panes y peces, y los romanos iban derrotando celtíberos a troche y moche por estos lares aún no hispanos. La pregunta es inmediata: ¿a quién o quiénes les vendía sus carpas este hombre? Todos nos hemos imaginado a los reyes de la antigüedad viviendo a todo lujo en sus tambaliches llenos de oro y esclavas nubias, y a la tropa que le vayan dando. No hay que malacostumbrar a la tropa. Así, que una por sátrapa de la antigüedad. Eso son habas contadas. Pero, insisto, el negocio, que tenía montado en Tarso, en la contraesquina turca en el Mediterráneo, debía de ir mejor que muy bien, porque el hijo, Saulo, se pudo ir a Jerusalén a estudiar teología con el rabino más caro. Ello le lleva, ya en Jerusalén, a despreciar y denunciar a los pusilánimes cristianos, como era su deber de judío, que lo era.

Pero de tanto y tanto transitar desde Damasco a Jerusalén le ocurre lo de la caída del caballo, que no cuento porque mejor está en la Biblia contado. El caso es que, de vuelta a Tarso, va y le dice su padre:

–Nene, Saulo, correvés a los muelles, y custodia el embarque en el puerto de tres tiendas de campaña lujo clase B, encargadas por el rico bizantino Epigónides de Galata, que exporta dátiles al Ática y eso. Un buen cliente.

–Padre, ya no me llamo Saulo, me llamo Pablo.

No estoy por contar tragedias familiares, aunque puedo.

El caso es el nuevo Pablo de Tarso, sobre reactivar los servicios de correos de todo Oriente Medio, se echó a las espaldas la tarea de extirpar de exclusivismo hebreo, la cosa del Cristianismo, que es, aún hoy, la hazaña de marketing más imponente de la Historia.

Y ahí estamos, gracias a la ciencia exportadora mamada por este Pablo, en las factorías de producción y distribución de su padre. Quiero ir a Tarso.

Comentarios

  1. Ah, san Pablo, el apóstol de los gentiles y el acérrimo defensor de la obediencia de las mujeres! Qué pronto se hizo el amo del cristianismo...

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  2. Cada día aprendo algo.

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  3. Que yo sepa, San Pablo, como todos los apóstoles, murió mártir por ser cristianó y por difundir el cristianismo, y Cristo y el cristianismo se caracteriza por ensalzar a las mujeres, hasta tal punto que el ser más importante del cristianismo es una mujer, la Virgen Maria

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  4. Efectivamente, Duende Digital. Al lado de la obediencia de las mujeres San Pablo habla del respeto de los maridos hacia ellas. Le da a cada palo lo suyo según estaban las cosas en su época. Y luego están las mujeres con las que colabora, como Priscila, también fabricante de tiendas. Y toda la revolución cultural y legal del cristianismo que llevó a la igualdad durante la Plena Edad Media, hasta la recuperación del derecho romano, negativa para este tema de igualdad hombre- mujer.

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