CLASE DE LENGUA Y DE LITERATURA: Los diptongos, por Santiago Delgado
Menudo tormento son para los poetas agramaticados, los diptongos e hiatos. Los deben pensar como diabluras innecesarias urdidas por los filólogos, ideadas tan sólo para xoder a los que escriben sin más gramática que la de Bachillerato. Es posible que sea así. Cada cual hace con lo suyo todo lo necesario para preservar su misterio y, dicho queda, xoder a los demás; única manera de que se respete el misterio. Yo pienso lo mismo de la Física Cuántica.
Bien, pues hete aquí que los romanos vivían tan felices sin diptongos e hiatos. Tenían vocales largas y vocales breves, que eran el tormento pergeñado por los filólogos de entonces para fustigar al personal con el inmortal desprecio del sabio al ignaro. Parece que ser que es una invariante de la Historia esto que digo: los filólogos puristas que disciplinan duramente al resto de hablantes.
Bueno, pues los tardorromanos cambiaron lo de largas y breves por el énfasis tónico: uséase, el acento. Y en el pecado llevaron su penitencia. Al pronunciar más fuerte determinadas sílabas produjeron su duplicación, y, luego a luego, su diferenciación. Así, de la (ó) tónica, se pasó a la doble o (óo); que no es igual que la (o) larga de Rómulo y Remo. Y después, a la primera de la susodicha duplicación, le transmutaron el timbre; lo mismo a la segunda. Y así, de pontem, hicieron puente; pasando por poonte. Con un par. Quiero decir, no con un par de vocales, sino con otra cosa.
Bueno, pues con las (e) largas ficieron igual, y salió ie; de ferrum, fierro. Y otros casos. El caso es que la duplicación y la subsiguiente doble metamorfosis vocal no derivó en duplicación de sílaba. Pon(tem) y puen(te) siguieron siendo una sola sílaba inicial, en este caso de palabra. He ahí el tormento: ¿por qué si son dos vocales, no son dos sílabas? Anatema filológico para quien tal herejía pregunte.
Pero, ojo, eso son los diptongos crecientes, los que van de vocal débil (i,u) a vocal fuerte (a, e, o). Son los propios del castellano, padre del español actual. El gallego halló complacencia en desarrollar los diptongos decrecientes: ei, ai, au… rianseira, ribeira, y así. Con todo, el castellano también acogió diptongos decrecientes: caucho, peine o deuda.
Los casos de colisión vocálica i-u/u-i son para nota, y serán explicados en el Master.
¡Hale!, recojan en orden y salgan sin alborotar mucho.
¡Qué bien dicho y bienhumorado todo! (espero que "bienhumorado" tenga cabida en nuestra gramática)
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