CLASE DE LENGUA Y LITERATURA. En torno a la palabra privilegio, por Santiago Delgado



Un día, en Turín, en oficio de profesor vagabundo e itinerante, me llevaron a un club náutico cabe las aguas del río Po, río de parco nombre. Me dieron a comer risotto, que me agradó. Y no se me ocurrió mejor manera que decir, en español, que mis anfitriones entendían, el siguiente elogio de huésped:


-Es para mí un privilegio estar aquí degustando este plato maravilloso.

Vi enseguida que no había acertado del todo en mi agradecimiento verbal. Como mis amigos eran también filólogos, me indicaron que la palabra privilegio, en España había sufrido/gozado de metamorfosis democrática. No así en el resto de la Romanidad, donde permaneció en su sentido feudal. Es decir, sólo el Señor Feudal tenía el derecho de pernada, sólo Franco tenía el derecho de ir bajo palio, o los españoles de toda la cornisa cantábrica tenían el privilegio de ser hidalgos de por sí; no como los del sur, que teníamos que probar nuestra limpieza de sangre para todo. 

Bueno, el caso es que, como toda Europa pasó por la Revolución, la palabra privilegio se volvió tabú. Quien se adjudicara privilegio, reo  de medieval costumbre  –impropia de hombres libres– se hacía a los ojos de los “emancipados”. Pero en España no. Cualquier plebeyo, comme moi, podía y puede considerar privilegio a todo lo que le venga en gana.

La palabra privilegio tiene una etimología doble Privatum y Leggio. O sea, una ley privada, lo cual es una contradicción in términis. La ley o es de todos o no es ley: es eso, privilegio.

A mí, luego de la lección, me dieron ganas de retirar mis palabras, y sustituirlas por otras más plebeyas y groseras. Pero consideré que lo más español era “sostenella y no enmedalla”, así que calléme y dejé seguir a la breve tarde turinesa en paz hacia su total ocaso.

Es todo, pueden recoger y salir.


Comentarios

  1. Excelente lección, Santiago. Las palabras a veces nos ponen en apuros porque su evolución en cada lengua sigue caminos diferentes. Gracias

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  2. Portestaré al Dulcineo Mayor por eses trato de anonimia que te da el Blog.

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