Clase de Lengua y Literatura Manuel Machado y Oliveretto da Fermo por Santiago Delgado




Manuel Machado, gran poeta de la grandeza poética y el verso hábil, de estirpe rubeniana, pero hondamente española, fue el reverso mundano del profundo sentir del alma que gastó su hermano Antonio, el fenecido en Collioure de pena de España. Entre los muchos poemas logrados de Manuel, se halla éste, dedicado al muy real personaje de Oliveretto da Fermo. Este sujeto fue un condottiero de corte maquiavélico, que pululó en la Italia del Papa Borgia. Y es un ejemplo de traidor, sanguinario y astuto personaje que marcaba norma, en aquella época de los albores del XVI.

Manuel se fijó en él, a través de los escritos de Maquivelo, y pergeñó este retrato breve pero jugoso y acertado, que no sólo configura al personaje, sino a la propia época de Fernando el Católico y Gonzalo Fernández de Córdoba. El poema dice, inmortalmente, así:

A Ricardo Calvo

Fue valiente, fue hermoso, fue artista.
Inspiró amor, terror y respeto.

En pintarle gladiando desnudo
ilustró su pincel Tintoretto.

Machiavelli nos narra su historia
de asesino elegante y discreto.

César Borgia lo ahorcó en Sinigaglia..
Dejó un cuadro, un puñal y un soneto.


No se puede sintetizar mejor una biografía. ¿Para qué vivir, sin lujuria, sin ser jefe de hombres, al que todos temen, sin ser pintado por Tintoretto, descrito por Nicoló, y ser ahorcado por César Borgia? Bien podríamos añadir:

Y Manuel Machado lo escribió,

en decásilabos correctos,

cuatrocientos años más tarde,

resucitándolo entre los muertos.


En cierto modo, el poema es un autorretrato imposible del propio Manuel. Aspiró a grandezas que apenas tuvo –“gloria la que me debéis”– y murió de prosaica muerte normal, sin más honores que los de buen vecino, mejor persona y verdadero poeta.


Es todo, recojan con respeto a Don Manuel y mediten sobre la muerte en el recreo.


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