CRONOPIOS. La foto rescatada, por Rafael Hortal

BLOG.  LAS MEMORIAS DE DULCINEA. 9 noviembre 2025









El poeta Soren Peñalver vuelve a cumplir años el 1 de noviembre, porque hace 15 años que en esa fatídica fecha sufriera dos ictus. Ahora está bien, con esa fuerza mental y memoria que siempre ha tenido. Ayer, en su casa de Rincón de Seca, entre montañas de libros leídos (no es una hipérbole), os puedo asegurar que es cierto: miles leídos y en varios idiomas; me enseñó una foto, me contó su historia y me dio permiso para difundirla:

Este mismo año 2025, Juan Francisco Murcia asistía en Tesalónica a un Festival de música sefardí. Un músico se le acercó y le dijo: 

—Paco Murcia. ¿Eres de Murcia?

—Me llamo Murcia y soy de Murcia.

—¿Conoces a Soren Peñalver?

—En el mundo cultural todos conocemos a Soren.

—Puedes hacerle llegar esta foto. 





Soren fotografiado por Nikos Ianis-Ginnerup, isla de Eubea, 1985




Esta foto de Soren durante su estancia en la isla griega de Eubea, también conocida por Evia, se la hizo su amigo Nikos Ianis-Ginnerup, prestigioso arquitecto y músico de raíces griegas y danesas.

Soren le cuenta la historia de la foto a Paco Vicente de Albudeite, quien encuentra a Nikos en las redes sociales y promueve una video llamada con Soren. Resumo lo que me cuenta Soren:

“Nos dio mucha alegría hablar y vernos después de 40 años. El carrete donde estaba esta foto lo encontró el hijo de Nikos en una antigua cámara Leica y lo reveló. Nikos hijo, también músico de unos 25 años le preguntó a su padre quién era ese chico tan guapo; su padre le dijo que un amigo español que le había enseñado el idioma durante la larga estancia en su casa de Eubea”.

Nikos le dijo a Soren que su hijo notó el sentimiento con que recordaba esos años. Le preguntó:

—Papa ¿Fuisteis pareja?

—Calla mocoso, no tienes edad para que te lo confiese.

—Me gustaría conocerlo, es parte sentimental de la familia.

Y hasta aquí se puede contar como transcurrió la vídeo llamada entre añoranzas y risas. El contacto ya lo tienen. Soren recuerda su estancia hace 40 años como los mejores años de su vida entre poesías, música, playas y amor. Es posible que vuelva allí para quedarme, me dijo con añoranza.

Antes de despedirme, Soren, abrigado por las columnas de libros desde el suelo al techo, como cálidas estalagmitas, me dijo que está animado, que va a volver a escribir en La Opinión, que sus amigos quieren reunirse para celebrar su 15 cumpleaños. Me lee el poema que está escribiendo con su bolígrafo en una libreta. Hemos quedado la semana próxima.



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