Clase de Lengua y Literatura Apócrifo imposible de Góngora para contraportada de sus Obras Completa, por Santiago Delgado






“Tú, lector indocto, ameba de la lectura, cataplín infecto del diablo más inculto… ¡aparta tus sucias manos de este libro excelso, que te repudia como un polo magnético a otro homogéneo polo! Devuelve y deposita sobre la mesa del librero este ejemplar que ya denigrado ha sido al ser puesto junto a novelistas y ensayistas que tienen al estilo encerrado en la muy lóbrega y agusanada mazmorra, donde toda iniquidad redactora tiene su asiento. Comunicación lo llaman esos inicuos vasallos de la literatura de pregón y romancillos juglarescos, de ripio triunfante y previsible ruido fonético, que pretenden lengua. Esto es diamante de prosa, perla de la frase, oro de la metáfora cultista y preciosesca. ¿Cómo pretendes juzgar, y condenar, preventiva y prejuicialmente, esta obra que nació para oídos homéricos, labios virgilianos y ecos de teatro clásico, de cávea cual medio cono de volcán? ¿Posees tú acaso algunas de estas circunstancias que mi estro divino ha enunciado y escrito? Tu osadía, ruin lector de prensa rosa y zodiacal pronóstico de falda del culo de los periódicos de tu tiempo, es semejante a la de los poetas que me imitaron o parodiaron. Sobre la altura de mis enemigos, crecerá la mía propia, no del infecundo, deshonesto halago de tópicos conque me difamó mucha de mi posteridad envidiosa e ignara, incapaz de entender más allá de las vocales que usara yo en mis inmortales versos, por Melpómene impelido. ¡Ya tardas, mentecato! Ocupa tus obscenas, iletradas manos, de la cubierta y anverso de este libro, que, afortunadamente para ti, no leerás nunca. Yo seguiré en mi mayestática soledad de quien nunca buscó lectores. Virtud que se perdió con el viento que el calendario llevó a la nada. Mi estilo no precisa lectores. Huye de mí, y respeta mi paz de clásico más alabado que entendido. Y bien esté que así sea”.


La clase terminó… acaben de salir todos.

Comentarios