Clase de Lengua y Literatura: el eufemismo, por Santiago Delgado.
Todavía no sé qué decir sobre el eufemismo. Ya saben, la palabra o expresión que nos evita decir el vocablo tabú. Toda tribu tiene un tabú y un tótem. Lo prohibido y lo deseado. Lo inamistoso y lo protector. Todos formamos parte de alguna tribu. O de muchas. Quizá sea esa dicotomía tótem /tabú lo que delimita a cada tribu. El eufemismo ofrece un gran servicio: nos proporciona la alusión al tabú sin nombrarlo. Por ejemplo, antes, cuando se cantaban los ciegos; es decir, cuando los números del sorteo de los Ciegos, que aún no eran la ONCE, se decía:
–¡La con-perdón!
Y era la mierda. Que no sé qué número era. Ni lo voy a mirar. El ciego, pudoroso, aludía así a la cifra cuya suerte ofrecía. Supongo que habría abonados o adictos a tal número. Como dijo aquel torero, al serle explicado qué era un intelectual:
–Hay gente pa tó.
El eufemismo no es el aludir con lo contrario; aunque puede serlo. Hay eufemismos que sí, y hay eufemismos que no. El aludir con lo contrario es muy español. Así, en el Renacimiento, se comenzó a llamar flamencos a los andaluces guitarreros, bailaores y cantaores que subía desde Andalucía a los madriles y los toledos. ¿Por qué? Pues porque tenían en la retina muy reciente a la cohorte del séquito de Felipe el Hermoso, que parecían todos, cada cual, un San Luis, de guapos y elegantes. Como los andaluces aquellos eran el desastre puro y duro para vestir, dieron en llamarles ”los flamencos”, exactamente por el gusto de denominar con lo contrario. Por cierto, el eufemismo de “Poner mirando hacia Cuenca”, se debe a este protoaustria, del que se dice subía a la almena última, a las doncellas de su señora esposa, Doña Juana de Castilla, para que, asomadas donde he dicho, las invitara a inclinar la cintura, a fin de divisar los conquenses barrancos, dejando la retaguardia alzada, momento que aprovechaba el felón marido para estuprarlas, eliminando textiles obstáculos menores. Los reyes eran muy aficionados a esas cosas. Aún lo son, dicen.
Recojan y salgan. Orden, silencio y compostura. Primer día de clase.

Eufemismo
ResponderEliminarQuè gracia.
Y un repaso por la cultura de la lengua y lo que da de sí los juegos del lenguaje hispano.
Su forma de ser del caracter español en la historia. Esa forma de utilizar las palabras con elegancia.
Como dice uno de esos eufemismos,"la retaguardia estirada"
Jejeje