CRONOPIOS. El pene en el arte, por Rafael Hortal
Quest´è pur un bel cazzo e lungo e grosso / Deh, se m´hai cara, lasciame´l vedere /
Vogliam probar se potete tenere / Questo cazzo in potta e me adoso?
He aquí un buen carajo largo y grueso, ¡Si es tan bueno ese miembro habrá que ver!
— ¿Quieres, te sientes capaz de meter en tu coño este carajo tan enhiesto?
(De los Sonetos Lujuriosos de Pietro Aretino, 1540)
Nueve de cada 10 sexólogos dicen que cuatro centímetros son suficientes para dar placer a una mujer, pero 9 de cada 10 personas piensan que el tamaño importa mucho. En la historia de la literatura erótica, Guillaume Apollinaire (1880 - 1918) lo deja claro en su obra: “Las once mil vergas”, obra cumbre del surrealismo en la literatura erótica. El protagonista, el príncipe rumano Mony Vibescu, hace alarde de su enorme pene en todas las páginas de la novela, al tiempo que comete excesos sexuales inimaginables, excesos hasta en las escenas macabras de necrofilia; ahora se llamaría gore necrófilo. Su novela clandestina comenzó a circular en 1906 entre los círculos más pudientes y cultos de París. El título hace un juego de palabras con la veneración católica a las “Once mil vírgenes”, ya que el enorme pene del príncipe es venerado por multitud de hombres y mujeres a lo largo de la novela:
“Las manos de la joven no estaban inactivas; habían empuñado el enorme cipote del
príncipe y lo habían encaminado por el estrecho sendero de Sodoma”
En la novela “El amante de Lady Chatterley” (1928), Connie, la protagonista, le habla y le pone el nombre de John Tomas al pene de su amante, en alusión a un personaje de un cuento inglés de 1915; al protagonista le llamaban “El Trancas” por el enorme tamaño de su pene:
“Señor JohnTomas, me encanta cuando me penetras duro y erguido y después sales
pequeño y pringoso”
Está documentado (por sus amantes) que el ranquin de tamaño del pene entre los actores es para Jason Momoa, seguido de Wayne Johnson y Warren Beautty.
Si el agua tiene tres estados: líquido, sólido y gaseoso; el pene tiene dos: en reposo y en erección. Es el órgano humano que tiene más sinónimos, también el que tiene más admiradores y más detractores como Daniele da Volterra, conocido por “Il Braghettone”, porque siguiendo las órdenes de Pio V cubrió con pinturas los genitales más famosos de la historia del arte, como hizo por ejemplo en la Capilla Sixtina, que afortunadamente, tras varias restauraciones va recuperando las pinturas originales que pintó Miguel Ángel en 1541.
Vemos escenas heterosexuales y homosexuales con penes erectos en cerámicas griegas del siglo VII a. C., increíblemente los desnudos femeninos no se muestran hasta dos siglos después. En el museo egipcio de Turín encontramos un papiro de 3.000 a. C. que muestra el dibujo de un hombre con un gran falo. Pero hasta la fecha, la representación del pene más antiguo conocido corresponde a un amuleto de hace 42.000 años encontrado en un yacimiento de Mongolia.
Pene, amuleto de hace 42.000 años
Entre las obras pictóricas más sobresalientes del Renacimiento podemos ver en el palacio Te en Mantua, Italia, el gran fresco de “Júpiter seduciendo a Olimpia de Epiro”, (Giulio Romano 1534), donde el gran pene está al borde de la penetración.
Júpiter seduciendo a Olimpia de Epiro
Marcantonio Raimondi nos muestra en un grabado a Marte penetrando a Venus. Aunque para gran pene el de Priapo, un fresco del dios Priapo encontrado en la casa de los Vetti en Pompeya que da nombre a la enfermedad cuando el pene permanece erecto: priapismo.
Príapo
A destacar las pinturas de Roberto Ferri (Tarento, 1978), con sus cuerpos desnudos muy cárnicos, le llaman el moderno Caravaggio, sus obras están consideradas como el clasicismo del siglo XXI. Véase “El nacimiento del eclipse” (2009)
En Mazarrón, región de Murcia, está “la piedra de la fertilidad” (150 a. C.), es una piedra cúbica perteneciente a un altar romano con varios penes esculpidos en relieve. Las parejas fornicaban sobre la piedra para ayudar a la fecundación.
Den es el personaje de cómic que Richard Corben creo en 1973 dentro del género de fantasía heroica. Den siempre va desnudo luciendo su gran pene en reposo, a lo que se llama pene de carne, ya que tiene el mismo tamaño que cuando está erecto; a los otros se les llama pene de sangre. Otros dibujantes como Pourbet muestran a sus personajes en erección en los cómics para adultos. Para los amantes del porno gay, citaré a “Tom en Finlandia”, seudónimo con el que triunfó en 1957 el dibujante Touko; por la perfección del dibujo sus personajes se han convertido en iconos del erotismo gay. Pero sin lugar a dudas, el italiano Paolo Eleuteri Serpieri creó el personaje más erótico y morboso de la historia del cómic de ciencia ficción y fantasía: Druuna, es una vigorosa mujer con potentes curvas, normalmente va desnuda y no hace ascos a ninguno de los grandes penes que encuentra en sus historias postapocalíticas. Para los más atrevidos recomiendo “Druuna X” con ilustraciones a color y bocetos a lápiz.
En la actualidad, algunos pintores amigos murcianos han representado en sus obras a hombres con penes de considerable tamaño: Alfonso del Moral, Pepe Yagües, Antonio Pellicer y Ángel García Maciá.
La artista Lara Herrera, con el seudónimo de Ultrapervert, ilustra sus propias novelas eróticas con escenas explícitas de sexo. Uno de sus cuentos se titula “David Rabo Largo”. Sobre el protagonista recaía una maldición: su pene creció tanto que era rechazado por su amada Elora. David fantasea con ella mientras practica el onanismo. En la novela “El chico de la jaula de murciélagos”, describe escenas explícitas de sexo acompañadas de ilustraciones que censurarían las redes sociales. Relata juegos fetichistas de BDSM, y el musculoso protagonista luce un pene considerable:
“Dan, sin rechistar, se colocó desnudo a cuatro patas tal como Laura le había pedido.
Lo paseó de la correa y se subió desnuda encima de él. Estaba tan erecto por la
experiencia que le dolía”
Una de las escenas eróticas de los escritores Ana Ballabriga y David Zaplana en su novela: “Soy Rose Black”:
“Yo le dejo hacer. Noto su pene erecto contra mi culo […] Acaricio el ombligo con
la lengua y me detengo ante su pene, admirando su poderío. Comienzo a besarlo
con delicadeza…”
La murciana Encarnación Pujante, sicóloga y escritora, en su libro “Erofilia”, explora todas las parafilias. En el capítulo de falocentrismo relata:
“Me arrodillo frente a él. Le quito con prisa la correa y le bajo los pantalones y los
calzoncillos. No tengo que esforzarme mucho. Su polla está a punto de explotar. Es
grande. Me gustan las pollas grandes y duras […] Basta ya de romanticismos y
tonterías. Me la meto en la boca y la saboreo…”
La escritora ciezana Alba N. utiliza el seudónimo Shirin Klaus para sus novelas para adultos. En “No está el horno para cruasanes”, su personaje Carla no tiene suficiente con un pene:
“Aunque Alex no movió ni un músculo, los movimientos de Sergio también le
afectaban a él, pues movían a Carla. ¿Pero cómo no iba a notarlo, si estaban
penetrando a la misma mujer? Si incluso juraría que podía notar su pene deslizándose
al otro lado de la finísima pared que los separaba. Sergio repitió lentamente la
penetración hasta que el movimiento se volvió más fluido. Ambos supieron el instante
exacto en que Carla se sintió cómoda con ambas erecciones dentro, pues fue cuando
comenzó a mover sus propias caderas”.
Y si hablamos de fotografías de hombres desnudos luciendo sus penes, hay que mencionar a la cineasta alemana Leni Riefenstahl cuando fotografió a la tribu Nuba de Sudán y al fotógrafo neoyorquino Robert Mapplethorpe que muestra la dualidad entre penes y flores.
Las esculturas de faunos lucen sus grandes penes en erección como el dios Pan, pero a lo largo de la historia, aún hoy, surgen voces de censura artística, tapando y castrando las esculturas clásicas grecorromanas. Recientemente se ha retirado la escultura con un gran pene de la cultura Moche, Perú. Pero no sólo escandalizan los penes grandes, también los pequeños: en 2023 una profesora de Florida, EEUU, fue despedida por enseñarle la escultura renacentista del David de Miguel Ángel a sus alumnos de 12 años. Otras veces no es la sociedad conservadora la que censura sino los vándalos, como le sucedió a la escultura de bronce de un hombre desnudo sobre un caballo; tenía el pene erecto enroscado con una tuerca que robaron varias veces, hasta que decidieron soldarlo; es la escultura de Marino Marini (Toscana 1924 – Milán 1997), “El ángel de la ciudad” de la Colección Peggy Guggenheim de Venecia.
Para terminar esta breve introducción del pene en la Historia del Arte, hay que añadir que pene también tienen los hermafroditas. Podemos admirar en el Louvre la escultura de mármol de “Hermafrodito durmiente” y en el museo del Prado la réplica en bronce negro del escultor italiano Matteo Bonarelli de Lucca (1599- 1654), que fue mandada fundir en Roma por Velázquez, por mandato del rey Felipe IV, que quería adquirir las más bellas obras de arte del mundo.
(Asesores de arte: María José Cárceles y Juan Plaza)
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