Entradas

SUMARIO PARA EL NÚMERO DEL 21 ENERO DE 2023

¡ Salud y república de las letras! Hoy presentamos un número cargado de novedades. Nuestros colaboradores habituales Rafael Bernar, María Dolores Palazón y Gabriel Lauret nos llevan por el mundo de la alta literatura, el terror y la música, para que podáis elegir con gusto. Además este número es casi monográfico pues está en su mayoría dedicado a la figura de la profesora de filología clásica y dramaturga Diana de Paco, cuya obra y persona se abordan hoy aquí con el concurso de colegas, amigos y estudiantes.  Esperamos que os guste este nuevo número de Las Memorias de Dulcinea. Y tened cuidado, todos los días se nos escapa un buen libro.

Pensamientos para Diana, por María José Navarro

Conocía a la Dra. Diana Marta de Paco Serrano hace cuatro años.   He de reconocer que en un primer momento desconocía por completo de su persona, tal vez, porque nuestros caminos no se habían cruzado antes. Yo perteneciendo a la rama de la filología española y ella a la de la filología clásica, no habíamos tenido la suerte de encontrarnos antes como alumna y docente. Si bien, el destino quiso juntarnos y acabó siendo mi directora de tesis y mi mentora. Durante cuatro años me ha acompañado mientras investigaba sobre mujeres del teatro. Lo que nos posibilitó unirnos por el estudio y trasmitirnos conocimientos la una a la otra.   Ha sido un lujo tener a una dramaturga y docente de la talla de Diana como directora de mi tesis. En este proceso arduo y largo Diana ha sido parte de la calma y el orden que como doctoranda necesitaba. Sus consejos y positivismo me ayudaron a continuar y a pensar que mi investigación era válida.   Su entusiasmo, positivismo y pasión por su trabajo ...

PASADO DE ROSCA. La lección del maestro, por Bernar Freiría

Diría que leo a Philip Roth con la devoción del discípulo hacia el maestro, si no fuera demasiado pretencioso proclamarse discípulo de Roth. He leído todas sus obras publicadas y tengo un profundo agradecimiento por cada una de ellas. Por la intensa experiencia literaria que todas me han proporcionado y por lo mucho que he aprendido y sigo aprendiendo en ellas. Roth escribía como se debe vivir, buscando, equivocándose y, de vez en cuando, logrando un acierto luminoso. Todas las novelas de Roth son obras maestras y ninguna lo es. Lo propio de un maestro es enseñar y de todas las obras de él se puede aprender. Yo, al menos, he aprendido hasta de ese panfleto contingente contra Nixon —Our Gang— que está muy lejos de ser una obra canónica. Otras como American Pastoral —cuando la leí supe que yo querría escribir una Pastoral española, y eso es lo que intento una y otra vez— sí son un destello de luminosidad, una gigantesca supernova en el universo de la literatura. En mi modesto entender, R...

EL ARCO DE ODISEO. Hannibal el Caníbal, libro de Thomas Harris, por Marcos Muelas

Imagen
“Quid pro quo, Clarice…, yo te cuento cosas y tú me cuentas cosas”. Cualquiera que recuerde esta conocida frase sabe perfectamente a qué obra maestra de Thomas Harris nos estamos refiriendo. Con ella se presentó en el cine al inquietante doctor Hannibal Lecter hace ahora tres décadas. Junto a él, una joven Clarice Starling, estudiante en la academia del FBI que es enviada a entrevistarse con el doctor Lecter, un prestigioso psiquiatra encerrado y aislado en un hospital psiquiátrico de alta seguridad para el resto de sus días.   Lecter había sido capturado años atrás acusado de varios asesinatos. En su modus operandi eran protagonistas el salvajismo y el canibalismo. Pero, lejos de la brutalidad de sus actos, Hannibal es un hombre de cultura notable y gustos muy refinados. Un auténtico gourmet del crimen. Tras una sucesión de crímenes, así como el secuestro de la hija de una senadora, el FBI se ve obligado a pedir la colaboración de Lecter, brillante psicoanalista y especi...

Rehenes, por María Dolores Palazón Botella

Imagen
Comencemos dejando las cosas claras: este es un relato ficticio basado en hechos que pueden tener reflejos de realidad. Sus dos protagonistas, denominados caprichosamente uno y otro, no son personas con nombre y apellido, aunque pueda parecerlo. Teniendo en cuenta esta advertencia pueden leer el relato. Uno estima que tiene la razón y eso es más que suficiente para caer en el pecadillo de la soberbia, falta que pronto seguro, sino lo ha sido ya, le será purgada por un leal servidor de su causa sin necesidad si quiera de pisar el confesonario ni golpearse el pecho con fervorosa fe durante el rezo del credo en la misa dominical. Su verdad es su único camino, de eso no tiene dudas, por eso la impone siempre.   Otro busca ser el que manda y eso le basta para ceder una parte de su poder sin miramientos y haciendo pocos ascos, aunque eso le obligue a tragar sapos y culebras en algún momento, pero está más que demostrado que las indigestiones no privan del placer de seguir comiendo. Otro ...

LOS SONIDOS Y EL TIEMPO. El árbol de Diana, por Gabriel Lauret

Imagen
Me gusta leer sobre la vida de los compositores del siglo XVIII porque en ocasiones resulta tan entretenido como leer una novela de aventuras. El deseo de aprender, las modas y el gusto (o disgusto) de determinados gobernantes, motivaban le necesidad de trasladarse, varias veces en ocasiones, en busca de un lugar apto para desarrollar una carrera que les permitiera vivir sin estrecheces o, incluso, triunfar en la música. Algunos de estos autores presentan una serie de tópicos recurrentes. Entre los más habituales encontramos el del compositor que disfrutó de fama universal en su tiempo, aclamado por el público y protegido por monarcas, al que el paso inexorable de los años lleva al olvido más absoluto, o   el de los paralelismos con W. A. Mozart. Añadamos un tópico muy patrio, el músico español que debe emigrar para poder desarrollar todo su talento, célebre en todo el mundo pero que es un desconocido en su tierra. Todos estos lugares comunes los encontramos en la figura de Vicente...

Palabras para Diana, por Charo Guarino

El martes 13 de diciembre de 2022 Diana de Paco Serrano, Profesora Titular de Filología Griega en el Departamento al que pertenezco, pocos días después de volver de Estados Unidos donde se representaba una de sus obras, participaba como miembro de la comisión evaluadora de la plaza de Titular a la que concursaba María Ángeles Rodríguez Alonso. Cuenta Diana que ese día se levantó con un fuerte dolor en la parte izquierda de la frente. Terminado el primer ejercicio, al disponerse a coger un vaso la mano giró espontáneamente y se derramó el agua. Quiso ir al baño pero no pudo: la pierna derecha no la sostenía, y su cuerpo no obedecía a su cerebro, como si se hubieran desconectado. Afortunadamente José María Pozuelo decidió que era urgente llamar a una ambulancia. Todos los signos indicaban que Diana estaba sufriendo un ictus con derrame cerebral. La ingresaron en la unidad de ictus del Hospital Virgen de la Arrixaca y dos semanas después, ya fuera de peligro y estabilizada, la trasladaron...

Diana y menudencias, Por Santiago Delgado

En algún día de hace unos años, un grupo de amigos y amigas de Diana de Paco, formamos un elenco de teatro leído. Lo llamamos Canna Brevis. Nos inauguramos un día de febrero de aquel año de 2015, la Niña Bonita entre sus guarismos. Lo hicimos con la serie de breverías dialogadas de Diana de Paco, titulada “Menudencias”. Uno de ellos, “El Asegurado”, triunfó en New York recientemente. Los ensayos fueron inolvidables, y el estreno, y demás actuaciones, pasaron a ser hitos del grupo de amigos. Como inicio a la serie, compuse este romance, que magistralmente leyeron e interpretaron Mariano de Paco y Virtudes Serrano. Hoy, como homenaje a Diana, dejo en estas Memorias de Dulcinea aquel romance, en el que se glosaban los personajes, de efímera aunque permanente humanidad, que la perspicacia de Diana y su talento dramatúrgico supieron observar y aun plasmar en papel y en las personas de los actores aficionados que todos fuimos. ¡Gracias, Diana! Menudencias es la vida escuchada por la calle en...

Pasos de certidumbre, por Soren Peñalver

                                                                                  A Diana de Paco Serrano   Tú eras apenas una niña en ese tiempo en el que descubría yo el trágico sentido de la historia y de la vida. La clásica Grecia, y la contemporánea, amada en una por ambos, el escenario por los hados dispuesto repetía la representación de un acto político, valiente, vuelto desde la antigüedad. Alekos Panagulis era el nombre de un joven demócrata y malogrado tiranicida, preso y torturado; luego muerto en accidente de tráfico, provocado, la madrugada del Primero de Mayo, simbólico, de 1976, de Atenas a la ruta que conduce al mar. Eras, amada muchacha, una niña en esos años de juventud -la mía entonces-, entre el exilio repartidos y la soledad de la libertad. Mientras crecías (t...

Una lección de teatro y vida, por Antonio Díez Mediavilla

Me une a Diana una profunda amistad. La culpa la tiene, como no podía ser de otra manera, el teatro. El teatro es la forma más viva y directa de la representación de la vida. Hacer teatro, soñar el teatro, es revivir siempre una y otra y otra vida. Y Diana de Paco, docente e investigadora es, también, y nada menos, dramaturga, es decir, creadora de vida sobre la escena, para la escena. Hemos hablado mucho de teatro; me ha enseñado mucho sobre teatro. Un día, charlando sobre teatro por el campus de la Universidad de Alicante, que compartimos durante unos años, me dio una lección que nunca olvidaré y que me enseñó a mirar con otros ojos el teatro de hoy, el teatro de ahora mismo y por tanto todo el teatro. Yo le decía, muy severo desde la atalaya de mi madurez, que en nuestros días el teatro iba perdiendo esa esencia de inmediatez, de vida real aunque condensada en esos momentos específicos en los que la intensidad de la acción explicaba por sí misma toda la realidad que el autor pretend...

Un regalo, por Mariángeles Rodríguez Alonso

Diana es generosa. Sabe que lo importante crece cuando se comparte. Habla italiano y griego moderno. Ama a los gatos.   Diana lleva siempre una mochila azul turquesa. Toca a tu puerta. Te saluda. Te cuida.   Diana ama los zapatos de tacón. Las barras de bar. Los encuentros con amigos. En el bolso de Diana siempre hay, mágicamente, un pequeño obsequio. Diana es divertida. Contempla la realidad desde un ángulo distinto. Su mirada ve más allá y más acá de lo que los demás vemos.   Diana es espontánea. Parece una niña, aunque explica a Tucídides con elocuencia. Diana agradece, sonríe, abraza, disfruta. Diana contagia entusiasmo. Diana reparte caramelos por su cumpleaños. Diana ama la vida, y la celebra.   Diana se entrega.   Diana sabe ser “familia”. Diana es un regalo. Diana hace feliz.

A Diana, por sus estudiantes “tucidideos”* :

  Tras esta πεπλεγμένη πρᾶξις , nos hemos reunido para expresarte lo mucho que te admiramos, pues pocas personas pueden afrontar la vida con tanta energía y felicidad. Desde la primera lección que tuvimos contigo, nos demostraste ser una de las pocas docentes que consiguen transmitirnos esa ilusión por la que entramos a la carrera. Tu humor, carisma, singularidad, templanza y talento son únicos. Si tuviéramos que definirte, todos coincidimos en que eres una persona muy fuerte y optimista. Realmente te admiramos mucho y tenemos mucha suerte de haber podido ser tus estudiantes durante varios cursos. Hemos podido conocerte, aunque sea un poquito, tanto en tu faceta de profesora como en tu “yo” más personal. Esperamos que pronto puedas seguir compartiendo esa felicidad con otros cursos que aún no te conocen, para que puedan disfrutar como nosotros hemos hecho. Por nuestra parte, confiamos en poder seguir viéndote en todos tus proyectos futuros, ya que estaremos en la primera fila sin d...