Las raíces verbales aparecen siempre complementadas por una serie de importantes detalles, sin los cuales, no serían verbo: persona, tiempo, número, modo y aspecto. Los tres primeros están claros. Los dos últimos no. Veamos. Antes había cuatro modos: Indicativo, Imperativo, Condicional y Subjuntivo. Ahora, al Condicional y al Imperativo los han metido en el Indicativo. Eso está bien; simplificar siempre es adecuado. Nos queda el Indicativo, que es la manera normal de desarrollar un verbo; es decir, conjugarlo; y el Subjuntivo, que… ¡tela! En español tenemos tres tormentos para los aprendices del idioma: 1) la diferencia entre ser y estar, 2) Idem, entre haber y tener y 3), el Subjuntivo. Los gramáticos dicen que el Indicativo muestra la realidad, y el Subjuntivo lo irreal (se guardan de decir irrealidad). Y en ese pavoroso vocablo: lo irreal, entra la Filosofía. ¿Qué es lo irreal? Es un pozo sin fondo, cajón de sastre, Caja de Pandora o así. Ahí entra el futuro incierto, que más pa...