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LOS SONIDOS Y EL TIEMPO. El misterio del Stradivarius del desván, por Gabriel Lauret

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Me ha pasado en varias ocasiones y el proceso suele ser siempre el mismo, aunque con diversas variantes que le dan un poco de aliciente. Alguien conoce que soy violinista y me cuenta que su abuelo tenía un violín Stradivarius que la familia conserva en el desván/trastero/casa de campo/fondo del armario, por si yo pudiera estar interesado en verlo. Lo habitual es que esta persona considere que tiene una joya, dado que si el instrumento era de su abuelo, con total seguridad tiene que ser muy antiguo. Como al realizar una de mis primeras búsquedas en internet con la palabra Stradivarius comenzaron a aparecer referencias a una conocida tienda de ropa, creo necesario hacer un pequeño inciso informativo. Se conoce como Stradivarius a los violines, aunque también hizo otros instrumentos como violonchelos, unas pocas violas e incluso alguna guitarra, fabricados por el gran luthier Antonio Stradivarius entre los siglos XVII y XVIII. Los luthieres son, porque sigue habiendo, constructores de ins...

EL ARCO DE ODISEO. El club de los 27, por Marcos Muelas

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“Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver” Cada vez que oímos esta célebre frase siempre la asociamos a la estimulante vida de una estrella del rock. Hoy vamos a recordar a aquellos músicos que abandonaron prematuramente este mundo para convertirse en leyendas inmortales de la música. Estas terribles pérdidas tuvieron lugar a causa de vidas desenfrenadas y caóticas mezcladas con alcohol y drogas. Y fueron precisamente esas sustancias las que precipitaron su caída. En algunos casos murieron por consumo abusivo, en otros más tristes, suicidio. Con esta entrada nos viene a la cabeza el mítico club de los 27. Formada por jóvenes artistas que detuvieron su existencia a esa corta edad. Y lo hicieron en la cresta de la ola, con millones de fans por todo el mundo que coreaban sus canciones. Fans que trataban de imitar a sus ídolos y los endiosaban en el altar máximo de sus vidas. Eran brillantes, jóvenes y atractivos. Genios adelantados a su tiempo que tenían al mundo rendido a sus pi...

CRONOPIOS. A todo trapo, por Rafael Hortal

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Espronceda nos habla en su poema “La canción del pirata” de la importancia de la libertad navegando en un velero bergantín. Es sublime navegar a vela; a veces lo vivimos a través de la literatura, como en el poema “Las Argonáuticas” de Apolonio de Rodas (siglo III a.C.), donde el barco Argos era capaz de hablar. Sentimos la calma chicha o navegamos a todo trapo en el ballenero Pequod persiguiendo a Moby Dick. A bordo de La Hispaniola buscamos tesoros, pero descubrimos la codicia humana. En “Capitanes intrépidos” aprendemos a convivir durante meses con los pescadores y regresamos siendo mejores personas. La literatura también se ha ocupado de veleros reales, como el bergantín Beagle, que, con Charles Darwin a bordo, pasó el cabo de Hornos en 1832 mientras escribía “El origen de las especies”. Julio Verne, en 1879, se basó en una historia real para escribir “Los amotinados de la Bounty”. Patrick O’Brian nos enseña en una serie de novelas las destrezas de la Marina Real Británica durante ...

SUMARIO 29 DE ABRIL DE 2023

 ¡Salud y República de las Letras! Ya estamos otra vez, víctimas y vísperas de puente. Bien podemos aprovechar la semana que se abre ante nosotros para disfrutar de la prosa cervantina de Santiago Delgado; de la ironía musical, elegante y delicada, de Gabriel Lauret; de la prosa vital y marinera de Rafael Hortal; del baño de memoria y lirismo que destilan las palabras de Isaac David Cremades; de los ecos del exilio español que hoy nos ofrece Vicente Llamas. Y tened cuidado con el misterioso club de los 27 del cual nos habla hoy Marcos Muelas: arte, enigma e inmortalidad. ¡Disfrutad de la vida y de la literatura!

MINUETO. Donde empieza el olvido, por José Antonio Molina

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El vacío crece y el paso de los días es la mayor condena. Las casitas minúsculas y un poco avejentadas que salpican linealmente la carretera del pueblo estaban habitadas por ancianos de edades bíblicas que conocieron otros campos y otra existencia. El color blanco o azul claro de sus ahora deterioradas fachadas un día se combinó con los tonos dorados del limonero y con los variopintos destellos que hacía brotar del alféizar de las ventanas la presencia de claveles, petunias y begonias. Todo bajo la sombra protectora de una parra que había crecido alta y fuerte propiciando una sensación acogedora; sus racimos, que ahora se comen los pájaros, daban una imagen de abundancia y confianza. Al tener que prescindir de los pequeños paseos una diminuta y frágil figura cargada de años, leve espíritu, último habitante de aquellos lares, había pasado a recluirse en el interior. Se adivinaba su persona tras los visillos, sentada en un sillón frente a la televisión o la ventana; más tarde solo yacent...

EL ARCO DE ODISEO. Stardust, por Marcos Muelas

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Una promesa es un compromiso asumido entre dos partes, donde se acuerda realizar una acción sea cual sea su precio. Por ello, una promesa es una cosa muy seria que no se debe hacer a la ligera. Si no lo crees, pregunta a Tristran Thorn, que por la promesa de un beso emprendió una peligrosa aventura. Pero, vayamos por partes. La historia de Tristran Thorn comienza antes de su nacimiento, más concretamente con su padre, La Vida en el pueblo del Muro transcurre tranquila desde hace siglos. El pueblo es llamado así por el muro que linda con el País de las Hadas separando ambos mundos. La ley prohíbe a sus habitantes cruzar al mundo mágico. Ellos mismos se han autoimpuesto vivir vidas tranquilas alejados de la magia vecina. Salvo una vez cada nueve años, cuando al otro lado del muro se celebra una feria. Seres pintorescos, procedentes del Mundo de las Hadas montan sus puestos para ofrecer exóticas mercancías y pócimas milagrosas. Dunstan Thorn, padre de nuestro protagonista, asistirá al ev...

CRONOPIOS. Las vidas de Verónika (II), por Rafael Hortal

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Nadie habría pensado que una sofisticada modelo, con ese acento sensual y carita inocente, podría estar en cuclillas ofreciendo su ostra ensortijada al paladar de un chef tan sibarita. Menos aún se podía adivinar que ese sería el último placer que le iba a conceder. Verónika se inclinó para engullir la gran erección de Peter, que con su boca ya liberada y su lengua cansada de revolotear por el anillo entre los pliegues de esa carne trémula que tanto le gustaba, pudo decir: —Déjame marchar, hace días que no paso por el restaurante. —¿No te gusta cocinar sólo para mí? —Me encanta, pero voy a perder el negocio. Tú no te satisfaces nunca, hay que mantener un equilibrio entre los tres placeres: comer, beber y follar. Necesito comer algo contundente y beber algo. Estoy mareado, échame un vaso de zumo de arándanos. —No cariño, eso no es para ti… y tampoco te hará falta ya. Estamos acabando. —“Llenaré el tetrabrik con la sangre extraída de tu pene, no quiero ser una clásica del cuello”, pensó—...

PUNTO DE FUGA. En la calle del Rocío, por Charo Guarino

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“Veinte años no es nada”, cantaba Gardel en “ Volver ”, el tango compuesto por Alfredo Le Pera para la película “ El día que me quieras ”, que se estrenó en La Habana pocos días después de la muerte de ambos en un trágico accidente de aviación.   Si veinte años no es nada, cuarenta son dos nadas. Como las dos nadas a las que se refieren Mario Benedetti y Francisco Brines, entre las que se encuentra, como un paréntesis, la vida. Entre dos nadas se titula precisamente uno de los poemarios del valenciano, al que se concedió el premio Cervantes 2020 poco antes de su muerte. Con la nada me ocurre como con el cero. Se me antojan conceptos, más que difíciles, imposibles de imaginar. Me envuelven en vértigo. Igual que el adverbio ‘siempre’ o su opuesto, ‘nunca’. De tan absolutos se me atragantan. Recuerdo mi perplejidad en el colegio de niña cuando al aprender las tablas de multiplicar cualquier cantidad, por abultada que fuera, resultaba cero si se multiplicaba por ese circulito con apar...

EL VERDE GABÁN. Las albas papaveráceas de Cástulo, por Santiago Delgado

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En el yacimiento arqueológico de Cástulo, cuando ya se ha dejado atrás la verja que separa el centro de interpretación de los restos de la gran urbe iberorromana, hay dos caminos paralelos. Uno, en alto, perfectamente diseñado y realizado, moderno; y otro, en bajo y más precario, a nuestra izquierda, según entramos. Es el antiguo camino hacia los restos arqueológicos. Lo bordea una hilera de almeces, de escasa copa y altura, que los hace sospechosos de haber sido plantados poco ha. El camino es pedregoso, con caballón en medio, algo asilvestrado de hierbas y similares. Cuando acaba la fila de almeces, hay una olivera solitaria. No es de mucho porte, pero se distingue por su majestad de tronco múltiple y retorcido. Es la indicación de que, a partir de él, y hacia la izquierda, se abre el camino que acaba en el cortijo de la loma que limita el espacio castulano; un cortijo ajeno a la grandeza ibera del yacimiento. Bien, pues en el primer tramo de ese sendero, hay un ribazo, en realidad c...

SUMARIO DEL 22 DE ABRIL DE 2023

 ¡Salud y República de las Letras! Entre las Fiestas de Primavera y el puente por el Primero de Mayo hay una espacio que es solo para vosotros y se llama Las memorias de Dulcinea. Aquí nos tenéis y os brindamos unas líneas que os transportaran a las estrellas con Marcos Muelas, a las topografía más profunda del recuerdo con Charo Guarino y a la belleza evocadora de las flores entre ruinas milenarias con Santiago Delgado. La erótica más descarnada y bella a la vez la pone, como siempre, Rafael Hortal.  ¡Que disfrutéis de la vida y de la literatura!

SUMARIO DEL 15 DE ABRIL DE 2023

 ¡Salud y República de las Letras! Fieles a la cita los amigos de Dulcinea os ofrecen un fin de semana literario. Si habéis sobrevivido a las fiestas de primavera y buscáis algo diferente, en este número de Las memorias de Dulcinea encontraréis esa variedad que buscáis. Nos internaremos mar adentro con Gedi Máiquez en un texto cargado de sentimiento y lirismo. Recordaremos con Santiago Delgado la figura literaria de Sánchez Dragó, o dudaremos de qué clase de futuro nos aguardaba entre los clásicos de la ciencia ficción de la mano de Marcos Muelas.  Nuestro escritor invitado de hoy, Juan Ángel Sánchez nos anima a disfrutar de aquello que, más que nunca en tiempos postpandémicos, nos hace humanos. Y si se trata de humanidad, como aún nos acompañan las fuerzas de la primavera, Rafael Hortal nos trae unas líneas de sensualidad vampiresca a las que no podemos renunciar.  Sabemos que, por intensas que puedan ser nuestras emociones, encontrarán acomodo en la propuesta musical qu...

Mar adentro, por Gedi Máiquez

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Vivía en la incertidumbre infinita de decidir cuándo sería el momento de terminar con la vida que ya no le pertenecía. Se sentía un impostor engañado por sí mismo, donde sus gritos ahogados pedían salir a raudales a un mundo desconocido y atrayente como el canto de una sirena.   La culpa, la pena, ambas las había hecho suyas, eran sus acompañantes solitarias que marcaban sus días y sus noches anhelando un pasado que no volvería. Atrás estaban quedando días donde la ilusión por un nuevo comienzo le daba sentido a la vida o al menos eso quería creer, pero ahora todo se tambaleaba en su interior rugiendo como una tormenta que sabe que a su paso todo será destrucción pero también renovación.   Su mirada era limpia e inteligente, enmarcada en un difuso círculo violáceo que cambiaba de intensidad como un termostato que indica la temperatura de la tristeza. Sus ojos traicionaban el silencio de su voz y las noches de insomnio lo convertían en un ser lejano, a veces inalcanzable, como ...