CRONOPIOS. Mis jardines murcianos, por Rafael Hortal







El libro “Mis jardines murcianos. Antología en Verso y Prosa, Siglos del XII al XXI” del escritor y poeta Soren Peñalver, es una crónica literaria de Murcia a lo largo de los siglos, que permite al lector descubrir cómo se ha representado a la ciudad de Murcia en la poesía y prosa desde la Edad Media hasta la actualidad. Está dividido en tres apartados: Verso, Prosa y Viajeros. Soren ha seleccionado los textos de los escritores más relevantes que han descrito la ciudad de Murcia, sus jardines y su huerta; desde Ibn Arabí o Cervantes hasta los escritores contemporáneos, pasando por viajeros como Hans Christian Andersen:

“…  De una casa cercana llegaba el sonido de la castañuela, pero aquí no nos sonaba como en el Norte. Allí, en el Norte, suenan como si los músicos repiquetearan con cuencos de madera, pero aquí, la música que hacen no sólo lleva el ritmo, sino que está llena de expresión. Ocupan un lugar de instrumento independiente y la melodía que emiten suena a poema. Es el secreto y, al mismo tiempo, una confesión ardientemente dicha de dos corazones enamorados: en el Norte no sabemos nada de la fuerza de las castañuelas”.



Presentación en el Museo de la Ciudad, mayo 2017

El libro editado por el Ayuntamiento de Murcia en el año 2017, se presentó en el Museo de la Ciudad de Murcia. Comienza con los estudios toponímicos de Robert Ponklington:

“El nombre de Murcia ya se escribe así, o con las ligeras variantes Murciam, Murciae, Murcie, Murça en los primeros documentos latinos y castellanos redactados a raíz de su reconquista en el siglo XIII. Sin embargo, la transcripción más antigua que conocemos es la invariablemente utilizan los autores árabes: Múrsiya, pronunciada Múrsia y no Mursiya porque de lo contrario se diría ahora Murcía”.

Soren Peñalver, gran lector de textos en varios idiomas, y con su prodigiosa memoria, nos ilustra en el proemio del libro:

“Fue hace casi medio siglo que el azar puso en mis manos un libro de poesía francesa contemporánea. Entre numerosos poetas, sus poemas y poéticas, mis atentos ojos adolescentes se detuvieron en un poema y en el autor, hasta entonces por mí desconocido. Pierre Seghers era el nombre del poeta y el principal de sus poemas antologados en el libro se titulaba “Les jardins de Murcie”. Los versos de Seghers, ocho cuartetos, intensos y transidos de evocación de la belleza, exaltación lírica y humanismo, se cerraban con tres versículos proféticos, que aludían sin lugar a dudas a final de los opresivos tiempos, entre dos guerras, que Europa y España vivían en esos años.

   La Murcia de la que habla el poeta francés y conoció en su juventud, coincide con la primera versión insonora de Aux Jardins de Murcie (1923), filme de Louis Mercanton y René Hervil, o más probablemente con la película sonora, doce años después (1935), dirigida por Max Joly y Maurice Gras, cuando Pierre Seghers abandona su patria, tras la ocupación alemana.

     El recuerdo permanece en el hombre, y así lo expresa el poeta, en la distancia, con belleza y nostalgia:

                         “Una extraña casa renace en mi memoria

                         El sol pasaba a través de sus hierros

                         El silencio cantaba y en el agua sus mujeres

                         Lavaban confiadas sus sueños de Victoria”.

     La melancolía y la añoranza atrapan al hombre y al poeta, y ambos dejan fluir su emoción:

                          “Todo hace de nuestros ojos esponjas endurecidas

                          La hiel con el agua del Tiempo en nuestros ojos se confunde

                          Nuestros ojos se vuelven pequeños trozos de escarcha

                          Jamás volveremos a ver los jardines de Murcia”.

     Los poemas seleccionados en estas páginas fueron espigados en amplio campo y sendos huertos poéticos. Los siglos acariciaron sus floraciones y frondas; fuentes, acequias, ríos, brazales… Un único criterio fue el que animó al antólogo a reunir estas flores levantinas. Hace sesenta años, en un filme español, típico y desenfadado, propio de la época, Novia para dos (1956), una vocalista que merece ser recordada, Lolita Torres, expresaba la belleza de Murcia como origen de la belleza de las mujeres, “hecha de nácar, de seda y sol”. El poeta anónimo (o acaso no tan desconocido) también merece, por esa canción de la sin par Lotita, “Murcia, jardín de España”, el brindis de estas páginas”.

En la amplia bibliografía consultada por Soren se encuentra: “Murcia, antología general poética” de Santiago Delgado (compañero escritor en este blog de Dulcinea). En los agradecimientos finales, Soren menciona a las personas que de una u otra forma hemos ayudado para realizar este libro: Clara Alarcón, Victoria Clemente, María José Cárceles y Rafael Hortal.


 

Rafael Hortal, Soren Peñalver y María José Cárceles



Fue un privilegio colaborar con Soren quien, de memoria, me indicaba dónde encontrar textos y autores, unas veces en Internet, aunque la mayoría de los textos que Soren recordaba se encontraban en documentos en papel, en archivos y bibliotecas, donde este libro quedará como selecta antología. Esperemos que el Ayuntamiento de Murcia publique una segunda edición ampliada, ya que muchos lectores anhelan tenerlo en su estantería.  


Palabras clave

Soren. Murcia. Jardines.

Foto 1

Presentación en el Museo de la Ciudad, mayo 2017

Foto 2

Rafael Hortal, Soren Peñalver y María José Cárceles


Comentarios

  1. Qué buena recopilación y de la mano de Soren Peñalver a quien estimo mucho y considero su opinion.
    Gracias Rafael

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