RELATOS DE UNA MOSCA: De los Contrapesos a la Envidia Insana, por Pedro H. Martínez
Siendo mosca, entender de democracia y contrapesos, entiendo. Vamos que voy servido. Ser mosca no supone ser un ser no conocedor de lo que lee, pesada si, molesta también, ysi no lo leo a la primera, lo leo a la segunda pasada, que para eso vuelo.
Ahora se habla más que nunca de la corrupción, como si fuera nuevo. Nos sorprenden hechos, muy humanos, de dinero, de avaricia y lucha de poder. Por eso, los fundadores de una de las democracias más antiguas del mundo, hablo de los EE. UU., crearon lo que se conoce como pesos y contrapesos (checks and balances), haciendo que ningún poder, ni legislativo, ni judicial, ni ejecutivo esté por encima del otro, y se permitan ser controlados mutuamente evitando que el poder se concentre en uno de ellos. ¿Se imaginan esto en España? Pero claro, si todo, tarde o temprano, cae en el Tribunal Constitucional, que te pasa su lengua de vaca con pintura de un color político u otro, sin independencia para interpretar, todo caerá, siempre, del mismo lado… del gobierno, que corresponda, fíjense.
Y claro, si no hay control entre poderes es fácil que se produzca lo que se conoce mundialmente como teoría de las termitas. Ya en la vieja Grecia, se sabía que un sistema de gobierno no caía, no se derrocaba solo, por ataques extranjeros, sino que la mejor forma de terminar con gobiernos, sistemas políticos era desde dentro, como caballos de Troya. Así, se establece la “teoría de las termitas para la democracia”, donde se usa una metáfora que todas las personas pueden entender. Se compara a la corrupción, como fórmula de eliminación de sentimientos democráticos, mostrándola como acción de socavamiento, destructiva y silenciosa, más propia de las termitas. Tal acción, la corrupción, es el gel lubricante incendiario que precisan los antisistem, contrarios a la democracia y al orden establecido. La corrupción es el germen erosionador que otorga menosprecio y adultera la vida política. Por eso, cada vez hay más chasquidos, gritos y enfrentamientos en contra del mundo de la política, ahondados desde los extremos, marginales, aniquiladores y contrarios a la democracia. La corrupción crea a su paso, sociedades ligeras que interactúan entre sí, como colonias de termitas, que desde dentro de la madera del mueble llamado democrático, y se fortalecen con mensajes de odio, produciendo una degradación silenciosa que termina en historias con teorías conspiranoicas. Y ya tenemos el derribo del edificio llamado democracia, sin apariencia externa de que algo esté funcionando mal.
De ahí la fragilidad de cualquier forma de poder que no aniquile la corrupción a tiempo. Otra especie de insectos son las hormigas, también diminutas. ¿Sabían que las hormigas enfermas piden a las sanas que las aniquilen para no contagiar al resto de la colonia? Y ahora, ¿qué tal si dejamos actuar los pesos y contrapesos en nuestra/vuestra democracia? Dejemos que la justicia haga su función, o ¿prefieren seguir alimentando el odio sobre el hasta ahora sistema menos malo de gobernar?
Vaya aleteo me he pegado, ahí queda, pero a este malquerer que algunos tienen a la democracia, llamado corrupción, no podía evitarlo. Y luego dicen que nosotras comemos, con perdón, “…”.
Pero vayamos a otro tema. El Premio Planeta. No quiero decir el concurso limpio y puramente literario, porque no lo es, y eso ya lo saben, pero no se metan con el pobre Juan del Val, qué culpa tiene él de que salga en el Hormiguero y sea el marido amable de una diva de la televisión, lo digo sin complacencia. Ya le dieron cera a la risueña Sonsoles, ahora todos ven la serie de su novela, claro en Atresmedia. Y que envidia. Si, insana, por supuesto. Ya me gustaría que la empresa que vende libros como Planeta se fijara en mí, pero no lo hace, porque una mosca no escribe libros, una mosca es carne de matamoscas y spray repelente anti-insectos.
Me encantaría escribir un libro que fuera premiado, me compraría un basurero enorme, vaya si gozaría, y unas alas eléctricas, y una suscripción a Amazón y Netflix, y vendería los derechos a Atresmedia o la Fox, y tendría moscas y moscardones a mi alrededor.
Pero ustedes critican, “kitriquen”, como la gitana del tiktok, abiertamente al premiado. Como si no supieran que el mundo de la literatura ha cambiado, no porque el negocio es distinto, sino porque ustedes son distintos, son más tontos que antes. El 65% de los lectores son lectoras, la mayoría de los lectores son menores de 30 años, y los clubes de lectura están llenos de mujeres, llenos. Si ustedes tuvieran una empresa de venta de libros, no solo le daban el premio a un señor de buena apariencia, con un libro de romance, aunque malo, se lo darían a aquel que la sociedad demande. Como dice un amigo de quien escribe por mí: si me dicen que en el siglo XXI seriamos invadidos por los extraterrestres o la música que se escucharía sería reguetón… me habría preparado para la invasión.
Y así nos va, perdón, me estoy humanizando, así les va.

Buenas tardes, querido escritor.
ResponderEliminarNo se equivoca con el premio planeta, ni con las termitas. Pero es obvio que como dijo un grande: "con la estupidez humana ni los dioses pueden", pero.. el gobierno actual de nuestro país, desgraciadamente, ya se ha comido tanto, que tiemblo. Así que sí, la agenda del caos y su modo de implantación nunca falla, menos en estos tiempos de ignorancia, para qué alzar la vista fuera de las pantallas... no nos va a quedar ni ·:::" alimento de las moscas, para matar el hambre. Ignorancia máxime, de ahí la decadencia de nuestra literatura, y la decadencia en el sistema educativo, sanitario... y un sin fin de penurias.
Aún quedan sin duda, algunos cuerdos que permanecen de pie, alzando su voz.
Que mosca más lista, cuidado que te cazan
ResponderEliminarNo ouedo estar mas de acuerdo contigo sobre el Planeta, es una tomadurs de pelo, y que envidia. Sobre el resto, eres una mosca.muy acertada.
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