El salón de los espejos, por Bernar Freiria
En una fecha indeterminada de marzo de 2023, Ángel Montiel me hizo la propuesta de escribir un diario del rey emérito desde Abu Dabi. Tras unos instantes de vacilación, con la insensatez que me caracteriza, acepté la propuesta y me puse manos a la obra. Durante los meses de julio y agosto de ese año vieron la luz en La Opinión de Murcia, en entregas diarias, las supuestas anotaciones en el diario de Juan Carlos I que, al parecer, fueron muy celebradas por algunos lectores. Uno de ellos, el veterano periodista y escritor madrileño Carlos García Santacecilia, en el curso de la presentación en Madrid de mi anterior novela, “La orilla de los Artigas”, hizo un panegírico de las entregas estivales del emérito en presencia de mi editor, quien se interesó inmediatamente por ese texto y lo convirtió en el libro titulado “Diario apócrifo del rey emérito”, con prólogo del padre de la idea, Ángel Montiel.
La publicación en Francia de “Réconciliation”, el libro de memorias de Juan Carlos I, me interesó por razones obvias. No podía esperar a que se publicara en español. Al leerlo encontré no pocos paralelismos con mi “Diario apócrifo. A continuación figuran algunos de esos fragmentos para que el lector reflexione sobre realidad y ficción o si la literatura genera realidad o simplemente que juegue a adivinar quién es el autor de cada fragmento.
En los comentarios se indica qué fragmentos pertenecen al “Diario apócrifo del rey emérito” y cuáles a las “Memorias de Juan Carlos I”
Infancia
1.- <<Primero me tuvieron en un internado suizo para que me educara como un príncipe, pero abandonado de todos. Nadie sabe lo que es estar enfermo y que te operen de los oídos sin nadie de tu familia cerca. La abuela, que vivía en Suiza, fue a verme solo una vez en los 15 días que estuve hospitalizado.>>
2.-<<En mi infancia, cuando estaba en un internado suizo, afronté la enfermedad lejos de los míos, sin su consuelo ni su atención. Me acuerdo todavía de una terrible doble otitis aguda a la edad de ocho años.>>
Zozobras del Príncipe
3.-<<No puedo más que hablar bien de mi primo Alfonso. Siempre se mostró amigable y respetuoso conmigo… Su matrimonio en 1972 con la mayor de los nietos de Franco, Carmen Martínez Bordiú, una joven hermosa y simpática le otorgó un presencia pública y mediática. Desde que se convirtió en Duque de Cádiz algunos pretendían llamarle también alteza real. Un día, un poco sobrepasado por el hecho de que algunos ministros se aproximasen a mi primo haciéndose ver en su compañía en actos oficiales, le dije a Franco : “si usted quiere a otro en La Zarzuela, yo me puedo ir.”…
Fueron siete años de espera sin ninguna certidumbre, de infinitas tardes de dudas y de preguntas en el aislamiento de La Zarzuela.>>
4.-<<Desde 1969 hasta 1975 las pasé canutas. Franco se iba debilitando cada vez más y su mujer estaba crecida y tenía más mando. En tiempos, Franco la silenciaba con bastante brusquedad. “Cállate, mujer, que tú de esto no sabes” le he oído decir al Caudillo en más de una ocasión. Pero su nieta mayor acababa de casarse con mi primo Alfonso de Borbón, el hijo de don Jaime, y la señora quería que su nieta recibiera el título de princesa. ¡Nada menos! Doña Carmen la trataba como tal en las reuniones y presionaba para que Franco nombrara sucesor a mi primo. La señora no se contentaba con ser nada menos que la esposa del Jefe del Estado Español, quería culminar su ascenso social formando parte de la familia real. Si solo hubiera sido la señora, bueno va, lo peor era que la facción más reaccionaria del Régimen, con los falangistas a la cabeza, veía con mejores ojos a mi primo que a mí. Todo eso me hizo pasar grandes zozobras. Porque además Franco empezaba a dejarse influenciar por su entorno y me trataba con mucha mayor frialdad que tiempo atrás.>>
El harakiri de las Cortes franquistas
5.-<<El primer paso en el largo camino de la homologación democrática fue la Ley de Reforma Política que aprobaron las Cortes franquistas haciéndose el harakiri, como alguien acertadamente señaló. Torcuato y Adolfo se emplearon a fondo para ir consiguiendo votos a favor. Hablaban en su nombre, cuando lo creían oportuno, y en el mío para vencer algunas resistencias. Y, según creo, a más de uno de aquellos próceres hubo que prometerles que seguirían disfrutando de un cargo importante tras la reforma. Patriotas, sí, pero el carguito por lo que vale…
Ley de Reforma Política, que dio la puntilla a la dictadura, fue un triunfo personal de Adolfo y de Torcuato. Me consta que tuvieron que hacer encaje de bolillos para lograr que los procuradores —como se les llamaba entonces a los parlamentarios— votaran a favor de una ley que desmontaba el régimen al que debían su carguito de procuradores. Seguramente no hay una explicación única de por qué votaron tantos a favor de esa ley de borrón y cuenta nueva, pero yo estoy convencido de que muchos de aquellos procuradores estaban convencidos de que los iban a volver a elegir para el mismo puesto.>>
6.-<<La Ley de Reforma Política fue debatida durante dos días en las Cortes…
El escrutinio, nominal y público, fue claro: 425 votos a favor de 531…Los comentaristas han llamado a este momento histórico harakiri porque el parlamento franquista en efecto votó su disolución. Es necesario reconocer su patriotismo. Algunos pretendieron que sus miembros lo hicieron por temor de ser sobrepasados por un movimiento contestatario radical o por la esperanza de conservar un puesto de influencia.>>
El vértigo de la Transición
7.-<<España era entonces un caballo al galope…La sociedad española estaba en plena ebullición…Yo era un puente entre el poder militar y el poder civil para que los vencedores de la guerra civil no se sintieran los perdedores de la democracia>>
8.-<<Una vez que Suárez empezó a ejercer de Presidente, nos adentramos en un camino vertiginoso. Los demócratas se impacientaban, y el Búnker y los militares más radicalizados se sentían traicionados. Ellos, que se consideraban ganadores de la guerra que había liquidado o expulsado de España a los rojos, se sentían los garantes del franquismo.>>
Legalización del PC
9.-<<La elección de la fecha [de la legalización del Partido Comunista] no fue anodina: todo el mundo estaba de vacaciones durante la semana santa… Los militares obedecieron las órdenes de aceptar este nuevo estado de cosas… Algunos se sintieron que se les había hecho trampa con las antiguas declaraciones de Adolfo Suárez. Pasé dos días al teléfono para asegurarles de que el PCE permanecería tranquilo… Solo el ministro de Marina, Pita da Veiga, dimitió. Por solidaridad ningún almirante aceptó reemplazarlo. No intentó, sin embargo, fomentar una sublevación militar. después de una larga reunión conseguí convencer al ministro de Ejército, el general Félix Álvarez Arenas, de no imitar a su colega.>>
10.-<<Creo que mantengo viva y clara la memoria de todo lo que me tocó hacer después de mi coronación y así lo escribo aquí. Cuando la inevitable legalización del Partido Comunista tuve que bajar a la arena para calmar a los militares. [Suarez] No contaba con la reacción de la cúpula militar. Legalizar el PC equivalía tirar por la borda la victoria —su victoria— militar en la Guerra Civil. No me quedó más remedio que remangarme y hacer yo lo que Suárez era imposible que hiciera: aquietar a los militares para que se quedaran en los cuarteles. El ascendiente que me había trabajado sobre algunos de ellos en largas charlas distendidas en los cuartos de banderas fue lo que me permitió impedir que se sublevaran. Tuve que mezclar en fórmula magistral la autoridad como Capitán General de los Ejércitos con las dotes de persuasión que siempre he tenido. Jefe y campechano a la vez. Eso siempre me ha dado resultado.>>
Violencia en la transición
11.-<<Algunos grupúsculos de extrema derecha eran muy violentos y por el otro lado había, sobre todo, una ETA que estaba crecida desde el éxito de su atentado contra Carrero Blanco.
Por si fuera poco, para dar más leña al mono, vino a sumarse un misterioso GRAPO que secuestró a Oriol y a Villaescusa. Al poco, mataron en Atocha a los abogados laboralistas del Partido Comunista. Menos mal que se impuso la cordura en las izquierdas, porque estuvimos a punto de un serio estallido. Yo vi, desde un helicóptero, la gigantesca manifestación silenciosa después de los funerales de los abogados. Aquello sí que me impresionó, debo reconocerlo.>>
12.-<<…Hubo numerosos atentados, asesinatos, bravatas policiales. Un grupúsculo de extrema izquierda, el GRAPO…imponía el terror… El GRAPO llevó a cabo el secuestro del presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol y Urquijo…seguido pocos días después por el del presidente del Consejo supremo de justicia militar, Emilio Villaescusa Quilis… El mismo día del secuestro de Emilio Villaescusa, el 24 de Enero de 1977, terroristas de extrema derecha asesinaron a cinco abogados comunistas especializados en la defensa de los trabajadores en su despacho de la calle Atocha… Los féretros de los abogados llevados por sus camaradas atravesaron Madrid en silencio. Me subí a un helicóptero y llevé a Adolfo Suárez conmigo… nos emocionamos con la dignidad y el orden que reinaban… Creo que todos los españoles fueron muy impresionados por esta manifestación de dolor, de fraternidad y de rigor.>>

ResponderEliminarPertenecen al Diario Apócrifo los fragmentos numerados con:
1-4-5-8-10-11
Pertenecen a las Memorias:
2-3-6-7-9-12