EL ARCO DE ODISEO. Otra vez en Japón V, por Marcos Muelas
Durante los años de guerra contra los aliados, Japón fue arrasada por bombardeos continuos, bombas incendiarias y como no, las tristemente recordadas Little boy y Fatboy. Tokio fue destruida casi en su totalidad, al igual que Osaka y otras grandes ciudades. Las islas de Okinawa e Iwo Jima fueron testigo de brutales batallas en las que la artillería de los buques americanos cambió por completo su geografía. Peor suerte corrieron Hiroshima y Nagasaki, vaporizadas en segundos, convertidas en ciudades de cadáveres en un abrir y cerrar de ojos. Millones de muertos, heridos agonizantes y familias destruidas. Se preguntarán por qué les cuento estos datos tan tristes en lo que espero sea un diario lleno de alegría. Pues bien, la respuesta es que entre tanta destrucción, una ciudad se salvó de los ataques, Kioto. Y no fue por puro azar. Henry Stimson, secretario de guerra americano durante el conflicto, se empeñó en convencer a los militares para que la ciudad esquivara las b...