RELATOS DE UNA MOSCA. De palabras, espías y WhatsApp, por Pedro H. Martínez
Ya está planteado el dilema: las palabras las carga el diablo, y nunca son casuales. Si eres una mosca, la cosa atenta, además, la integridad. Si, somos conscientes que somos molestas, y hasta cojoneras, y somos conscientes que se nos menosprecia hasta en dichos, refranes o adagios huertanos: “la mosca, en la paella, no le quita el gusta al arroz, pero afea”. Afear, más fea es la situación en el país y no decimos nada, más fea es la situación en Europa y el mundo y aquí seguimos calladas. Incluso, se les anima a nuestro exterminio, en droguerías y supermercados, ningún ser viviente ha sufrido un acoso tal, un spray tiene por nombre, fijénse, “MATAMOSCAS…” al que se le añade “… Y MOSQUITOS”. Ya en el nombre del spray o de los utensilios para darnos caza, ya denotan su inquina hacia nosotras, y eso que solo molestamos, pero nada más. Ni picamos, ni hacemos ruido, no. “Matamoscas”, ¿cómo se pueden ser civilizados si ya están llamando al asesinato vil de seres indefensos que pululan despistados por el mundo?, ¿dónde están los defensores de la vida para solicitar al Tribunal de La Haya la eliminación de tal término?
Con todo ello, y gracias a la maravillosa idea del Mosad o Mossad israelí, que ha replicado una mosca como dron espía y/o para uso militar, ha nacido el siguiente ofrecimiento. He remitido, con carácter de urgencia, al Gobierno de España un dossier completo con una propuesta que no podrá despreciar: nos ponemos al servicio del CNI para colocarnos unas gafas de Google con IA y espiar a quien suponga un peligro externo o interno para España o para los españoles. Imagínense la de moscas que somos, un auténtico ejército, dispuestas a darlo todo por la patria. Ríete tú de los mensajes conocidos y transcritos que nuestros presidente, desdichado, ha sufrido, atentando contra su integridad personal y sin defensa. Por ello, le proponemos que nosotras transmitiremos, en riguroso directo, todos los mensajes de WhatsApp que sus enemigos y los enemigos de España envíen. Vigilando desde el aire, con mil ojos sobre las pantallas de teléfonos y pcs. Descubriremos amantes, gustos culinarios, compras excesivas, cuitas, diligencias, manías familiares, intolerancias personales a pajarracos, pijamas, leones, castillos, insurgentes, divergentes, tramas geopolíticas y sin geo, maldiciones primarias y cónclaves misioneras, payasadas de turno, escritos de renuncia, monturas y cabalgaduras en yacija, cuja, piltra o cucha, pecados inconfesables… Porque es mi deseo y el de muchas moscas, como yo, dar relevancia e importancia a nuestro destino, que no es otro que el de informar y servir.
Queremos servir a la patria de la mejor manera posible, siendo los espías que trabajen para España, uniformados y adiestrados, volaremos en pareja, como los F35 y la Guardia Civil. Seremos el caballo de Troya, el Bond de la España castrense. Actuaremos en todos los frentes, sin miedo, pasaremos calor y frio. Y, si hay que ir a Laponia, que nos pongan pelo, en Turquía dicen que lo ponen barato. Pasamos desapercibidas en todos los lugares del mundo, si, y las Google-Glass con IA nos ayudarán a traducir, en directo, los mensajes, conversaciones telefónicas y cuantas comunicaciones se realicen en nuestro frontispicio, convirtiendo nuestra geta en verdadera catedrales de la información, de ahí lo de “frontispicio”, no era petulancia.
Como contrapartida, solicitamos la retirada inmediata de los spray “matamoscas” del mercado, y cuando vean volar una mosca, salúdenla a su paso, somos la Patrulla Aguila de la información al servicio de la inteligencia española, o un dron israelí.
Sea como sea, recuerden esconder la pantalla de su móvil o su PC porque… sabemos de la inocencia del pueblo llano, como cantaba Jarcha, pero si no quieren que se sepa, ya saben… luego todo se cuenta. Borren lo incontable y eliminen contactos comprometidos. Y si ven volando moscas a su alrededor, recuerden sonreír y saludar como Rico, Kowalski, Skipper o Cabo, los pingüinos de Madagascar, nunca se sabe quién les está observando.
Solo me falta decirles cómo podrán saber si la mosca es espía: deberán fijarse en la segunda pata delantera izquierda, allí llevaremos una réplica del Omega que luce James Bond en “Casino Royal”, ¿qué no saben cuál es? Sean curiosos e investiguen. Un poco de investigación no les vendrá mal a su aburguesado pensamiento, capaz de creer más a los estúpidos videos de tiktok o Instagram que a su médico de cabecera.
Seremos un escuadrón del CNI. Aunque, igual no aceptan… si hay que invertir en I+D… Tendré que estudiar un plan B, como por ejemplo, presentarlo en el país vecino, el país de la Ilustración, donde su luz es nuclear, pero este otro charco en el que me he metido, y yo… yo soy solo una mosca.
Después de leer este relato ya no las voy a ver del mismo modo…”por si las moscas”
ResponderEliminarFelicidades
ResponderEliminarMano, me encanta leerte. Un abrazo
ResponderEliminarGran articulo, como de costumbre de un gran escritor, Pedro H. Martínez, GRACIAS, de tu compañero y amigo Jorge Esquirol.
ResponderEliminarSabías palabras,cuanta razón en tan pocas palabras
ResponderEliminarBuen artículo. Un gusto leerte, como siempre. Un saludo Pedro
ResponderEliminarLa mosca, ese insecto insignificante y menospreciado que es capaz de colarse en un plato de televisión en prime time y joderle el directo al presentador de turno. Pequeñas, insignificantes, pero el que tenga… que supere eso. Mosqueados están algunos con ellas.
ResponderEliminar"No te fíes ni de las moscas ".Muy buena moraleja Pedro!!
ResponderEliminarVivimos en el mundo al revés .. Enhorabuena, tienes una mente brillante.
Bss Cristina. B.
sin duda un gran relato que me ha cambiado la forma de ver las moscas totalmente, nunca me las imaginé como espías y ahora solo las visualizo de esa manera. Enhorabuena, maravilloso!
ResponderEliminarMoscas 🪰 siempre espiando . Jajajaja
ResponderEliminarLo peor de todo es que aunque escribes con mucha ironia, dices verdades como puños, y me encantan los charcos en los que te metes. Buena mosca, Pedro
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