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EL ARCO DE ODISEO. La abuela dormida, por Marcos Muelas.

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  "Su pulso estaba acelerado, y su respiración agitada empañaba el visor protector de su casco. Ese día Gunar sudaba mucho más de lo habitual. Era junio y los casi cuarenta kilos del traje de protección para explosivos no ayudaban mucho. Por un momento pensó en quitárselo, prescindir de la falsa seguridad que le brindaba. ¿De qué serviría toda esa protección si el monstruo que tenía ante él despertaba? Gunar no era ningún principiante, había servido durante ocho años en el ejército alemán como especialista en explosivos. Durante ese tiempo su país no entró en conflictos, pero como miembro de la ONU, hizo campaña en Afganistán e Irak.  En sus años de servicio había visto de todo. Había desactivado minas terrestres, principales causantes de muertes y mutilaciones civiles. Incluso se había enfrentado a explosivos ocultos en juguetes, destinados a acabar con niños inocentes. Cuando se licenció volvió a casa y lejos de creer que sus tiempos de artificiero habían terminado, se pasó ...

Qué va a ser de ti, por María Dolores Palazón Botella

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Mal, esa es la primera palabra que le viene a la mente cuando abre los ojos. No ha dormido bien. La calor, así, en femenino para él, tiene la culpa de este mal cuerpo con el que más que levantarse, parece arrastrarse hasta el baño. Y eso que soy un privilegiado y tengo aire acondicionado, pero es que la calor me afecta mucho. Siempre ha sido así, por eso cuando escucha que estas altas temperaturas son causa del cambio climático en el que él no cree dice que son pamplinas de agoreros, que en el verano lo que tiene que hacer, como manda Dios, es calor y punto. Ya empezamos con la cantinela desde el minuto uno, esta no es manera de empezar el día, a ver si el agua fría me despeja un poco. El agua le cae en el cuerpo sin miramientos, sus músculos quieren hacerse con reservas de frío para aguantar otra larga jornada. Todo el mundo habla de las noches toledanas, esas que tienen un día entre medio, pero nadie ha puesto un nombre decente a los días interminables de trabajo. Sale de la ducha y ...

LOS POETAS INMUNDOS. III Aguas sonámbulas, por Vicente Llamas

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Ni las aguas ni los monstruos tienen edad. Nunca fueron niños los monstruos, ni las aguas fueron crisálida. Su infancia es la estación opaca de los ídolos. Nacieron mezclados con el frío de la piedra y el llanto de los hombres, ocultos en el germen de su vanidad, su miedo o su soberbia, escondidos en oscuras oraciones, en pasiones inconfesadas u obstruidas por algo más sórdido que la pureza mitigada del horror. Adán vio quebrarse sobre las aguas primordiales una rama del árbol de la ciencia, y vio después al reflejo del hijo alzarla contra el pastor. Vio Caín hundirse en la región del destierro la imagen de su crimen, arrastrada por las primeras aguas que descendían hacia el este para ser espejo constante de su estirpe. Y de las aguas primordiales brotaron los espejos, pavorosas criaturas insomnes cuya existencia se basa en los reflejos. Nunca enmudecen, susurran sin cesar vejez, ángulos del salón con arpas olvidadas, vientres que vertieron su fruto para que ya sólo los días anidaran e...

PUNTO DE FUGA. Quod Salmantica dat, por Charo Guarino

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Recién regresada de Salamanca, donde ha tenido lugar el XVI Congreso de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, gracias a la pericia conductora de Mariano Valverde en un viaje en el que han tenido cabida conversaciones informales pero también planificaciones docentes y hasta clases magistrales, oxigenado el cuerpo y reconfortado el ánimo en este encuentro científico y fraternal con colegas en un foro en el que hemos tenido ocasión de reafirmar nuestro amor por lo que estudiamos y nos apasiona, recobrada en parte la energía en este final de julio en el que se divisa por fin la conclusión del, por motivos personales, complicado curso 22-23, y con él la oportunidad de disfrutar de las vacaciones para volver en septiembre a encarar el nuevo con ilusión renovada, echo la vista atrás como Cicerón en el comienzo de su discurso en defensa de Arquías, y me veo hace veintisiete años en la misma ciudad en un encuentro del que tuve que ausentarme precipitadamente por el fallecimiento de mi quer...

Sumario del 15 de julio de 2023

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  ¡Salud y República de las Letras! Estimados habitantes de los últimos círculos del infierno, ardiente y envenenado de humos; víctimas de la odiosa estación; escuchad: los amigos de Dulcinea interrumpimos vuestros padecimientos veraniegos para llevaros el néctar de la literatura. Disfrutad de un paseo por las nubes en medio de una hazaña épica con Marcos Muelas; recordad que la arqueología podrá ser arriesgada pero profundamente satisfactoria según Rafael Hortal; esta semana tendréis a la mano dos visiones muy diferentes de la Inteligencia Artificial con María Dolores Palazón y Juan Ángel Sánchez. Por fin, la vena clásica de Santiago Delgado nos llevará al universo de nuestro poeta mártir, Federico García Lorca. Gozad de la vida y la literatura antes de que este sol iracundo calcine el Hemisferio Norte.

EL VERDE GABÁN, Canción china, por Santiago Delgado

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  CANCIÓN CHINA La señorita del abanico, va por el puente del fresco río.     Los caballeros con sus levitas, miran el puente sin barandillas.     La señorita del abanico y los volantes busca marido.     Los caballeros están casados, con altas rubias de idioma blanco.     Los grillos cantan por el Oeste.     (La señorita, va por lo verde).     Los grillos cantan bajo las flores.     (Los caballeros, van por el Norte). Federico García Lorca Ay, señorita del abanico y los volantes, que atraviesas el puente sin barandilla, señorita que hablas con el viento que mueven tus manos, y que nadie te entiende. Señorita que te internas ya por el prado verde, sin haber sido ni vista, ni escuchada. Los grillos son como los caballeros: no entienden. Los caballeros se han casado con altas rubias de idioma blanco, las que vienen del norte, que tanto adolecen de gracia y de salero. Tu idioma, señorita de volantes y abanico, es...

Inteligencia Artificial (cuarta parte), por María Dolores Palazón Botella

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El profesor de universidad ha pasado de estar cansado de escuchar la clásica preguntita del mes de julio «ya de vacaciones, ¿no?», a estar hasta los cojones de oírla de boca de «maliciosos, envidiosos y ociosos que no tienen ni puñetera idea de lo que hago y dejo de hacer». Por eso está buscando una respuesta adecuada «proporcionada a la desfachatez de los preguntones» para dejar clara su postura. Piensa en lo correcto de una explicación en plan catedrático para argumentar, cargado de razones, la diferencia entre periodo lectivo, no lectivo y vacaciones, «aunque realmente eso da igual, el trabajo no se interrumpe en ningún momento». Pero eso solo lo sabe él y los suyos. El resto, la sociedad en su amplio conjunto, sigue con la cantinela de llevar con verdadera rigurosidad la cuantificación de sus vacaciones en tres meses exactos al sumar «julio y agosto íntegros, y quince días en navidad y semana santa», afirmación de la que se sirven para juzgarlo como beneficiario de un sistema donde...

CRONOPIOS. El colgante II, por Rafael Hortal

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El autobús paró en Tolbor, bajaron 12 personas. Uno de los viajeros, un hombre mayor con turbante, barba y pelo blanco, le habló en francés a la pareja: —Soy Abdul, el traductor del campamento. Creo que ustedes son la pareja de arqueólogos franceses que estarán aquí los 15 días de la campaña de excavación… —Sí, sí. Ella es Alizée y yo Alain. Encantado.   —El director nos recogerá para llevarnos al yacimiento; está a 10 Km en esas montañas. -Señaló los montes Jangái. La mirada entre Alizée y Alain lo decían todo: “Ha estado entendiendo todo lo que hemos hablado en el viaje y no nos ha dicho nada”. Tras la instalación en el barracón del campamento y presentaciones entre los arqueólogos de diferentes nacionalidades, el director de las excavaciones los puso al corriente de las tareas, mientras Abdul iba traduciendo en varios idiomas. Durante los primeros días se acostumbraron a combatir el intenso frío de la noche y el bochorno del día. El compañerismo era manifiesto entre todos, pero ...