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Mostrando entradas de octubre, 2024

Sumario del 27 de octubre de 2024

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  ¡Salud y República de las Letras! Constatamos que la monótona autocracia del sol se ha visto alterada por la llegada de algo de frío y lluvia. Eso es bueno para el alma que lee, y aún para la que escribe. Hoy los amigos de Dulcinea os ofrecen un número eminentemente grave y lírico. De la melancolía sobriamente barroca de Santiago Delgado, pasamos al elogio de la inmortalidad poética de Charo Guarino, y del poeta-náufrago Vicente Llamas. Marcos Muelas nos lleva a la engañosa epopeya de la guerra y Rafael Hortal nos arroja al tempestuoso mar de la red de redes. Disfrutad de la vida y de la literatura. Alegoría del otoño, Giuseppe Arcimboldo

Clase de Lengua y Literatura, Cervantes y Velázquez, por Santiago Delgado

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Hay una común tristeza en las obras de Cervantes y Velázquez. Coincidieron ambos en la España de Felipe III, pero es perfectamente imposible que se cruzaran. Esa común tristeza que, digo, que acaso sea más bien ausencia de alegría, pertenece al tiempo español en que vivieron. Hay carcajadas en el Quijote, y hay, sobre todo, humor. El humor no es la risa. Me refiero a la tristeza que no saben ver ni Quevedo, ni Lope. Tampoco Murillo. Mirad a los ojos a los bufones reales, dignificados por el pincel de Don Diego, es la misma dignidad de los cabreros con los que Don Quijote comparte los galianos cocinados por aquéllos. Los galianos, dicen, son los gazpachos manchegos. Tanto y tan bien le sentaron al hidalgo, que, de inmediato, les instruyó con el discurso de la Edad de Oro, que Don Alonso veía en la frugal vida horaciana de aquellos servidores del campo. La dignidad tiene un poso de tristeza que niega la ansiedad, que ya en aquella época asaltaba los espíritus; así la de los hidalgos ur

EL ARCO DE ODISEO, Un mundo en guerra, por Marcos Muelas

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Durante la Segunda Guerra Mundial, poderosos políticos se empeñaron en redibujar los límites de las fronteras. En ambos bandos podíamos encontrar a un puñado de hombres cuyo poder les otorgaba la capacidad de definir el futuro de millones de personas. Algunos demostraron ser brillantes, otros simplemente eran tiranos que, ebrios de poder, acabaron estrellándose contra el muro de la justicia o, incapaces de detener la maquinaria que habían creado, cayeron en el abismo arrastrando a sus naciones. Y es que, al igual que hoy día, no hacía falta ser un buen político para que las masas te siguieran de forma incondicional. Bastaba con saber mentir o incentivar a la nación, buscar tus instintos más deplorables o simplemente dar dirección a ese odio que arrastraban desde hacía años. Hablamos de políticos, que sin haber pisado jamás un campo de batalla ni escuela militar, se vistieron de generales afianzando sus guerreras con galones y medallas autoimpuestas sin ningún mérito. Atila, Alejandro M

I. Relatos impuros Roi des Auxcriniers, por Vicente Llamas

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Les ignorants seuls ignorent que le plus  grand danger des mers de la Manche, c'est le roi des Auxcriniers Víctor Hugo, Les Travailleurs de la mer Pudo haberlo enterrado en el lago. Allí. La tierra es blanda, se deja hollar sin demasiada conciencia de estar cediendo, y la humedad y las hifas y las grutas de los anóbidos la ayudan a borrar las cosas. Es más voraz, más necrófaga que la tierra de dentro, que no concibe lluvias ni consiente pasos. Pudo haberle enterrado allí, pero daba igual, porque ya le había enterrado en su memoria, de modo que habría sido un tedioso trabajo doble: enterrar en la memoria, desenterrar de ella, para volver a sepultar en aquel sitio enfermo que jamás dormía ni conocía lluvias. La memoria era tan buen lugar como cualquier otra clase de tierra para velarlo. No le importaba lo que aquel sapo le hacía, aprovechando los descuidos de otros criadores… El diablo tiene emisarios en todas partes , leyó en Hugo, y éste era el farsante lúgubre de la tempestad , un

CRONOPIOS. Tecnología para el bien y el mal, por Rafael Hortal

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      Parece que Internet ha existido siempre, pero este avance tecnológico es muy reciente. Para no equivocarme en las fechas le consulté a ChapGPT , que me indicó que surgió en la década de los años 60 durante la Guerra Fría, a partir del desarrollo militar de APARNET, una red en Estados Unidos que conectaba computadoras entre diferentes instituciones de investigación. En 1983, con el protocolo TCP/IP se conexionaron diversas redes entre sí. En 1992 se permitió a los ciudadanos tener acceso parcial con las siglas www (Red informática mundial). @ es el símbolo con el que separamos el nombre del usuario con el nombre del servidor en las direcciones de correo electrónico. Es aquí donde personalizo mi disertación: En el año 2006 coincidí con el científico americano Vinton Cerf, considerado como uno de los tres “padres de Internet”, Premio Turing, Premio Príncipe de Asturias, etc. En la actualidad tiene 81 años. Le Conocí cuando mi esposa María José Cárceles, le hizo una entrevista en la

PUNTO DE FUGA, La poesía, promesa de inmortalidad, por Charo Guarino

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El pasado 7 de julio fallecía el poeta cartagenero José María Álvarez, y hace solo unos días, el 11 de este mes de octubre, lo hacía la también poeta cartagenera María Teresa Cervantes. Podemos decir que ambos han alcanzado por méritos propios la inmortalidad que confiere la escritura a los escritores consagrados. Sin ninguna duda sus versos seguirán leyéndose y su aliento latirá en otros corazones.  A finales del siglo I a.C., en el período aúreo de la literatura latina, poetas como Horacio, u Ovidio introducen en sus obras reflexiones metapoéticas como la relativa a la inmortalidad del creador. ‘Exegi monumentum aere perennius’ (He erigido un monumento más duradero que el bronce), escribe Horacio en el primer verso de la última oda de su libro III (III 30, 1), y unos versos más adelante afirma ‘non omnis moriar’ (no moriré del todo). De un modo mucho más rotundo, Ovidio finaliza sus ‘Metamorfosis’ con el verbo ‘vivam’ (viviré), y  en los versos inmediatamente precedentes se expresa a

SUMARIO DEL 20 DE OCTUBRE DE 2024

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 Saludos a todos los amantes de la literatura. Atrás hemos dejado la Feria del Libro de Murcia , y los actos de promoción no han terminado para los dulcineos, aquí os dejamos la dosis habitual de literatura para que podías soportar la existencia bajo un sol inmisericorde y un mundo en llamas. Lluís Rigalt i Farriols Paisaje nocturno con monasterio en ruinas Marcos Muelas nos lleva al estremecedor universo de la resistencia antifascistas,  cuyos valores y virtudes convendría recordar hoy en día, ahora que las deportaciones y las matanzas vuelven a ser legales. Hacia ese mundo fantasmagórico y postapocalíptico nos lleva la fantasía de Rafael Hortal . Afortunadamente Gabriel Lauret nos hablará de música, aunque es verdad que no volveremos a mirar un metrómeno con los mismos ojos después de haberlo leído. Al menos nos queda la gramática, diría hoy Santiago Delgado . Disfrutad de la vida y de la literatura mientras os sea posible.

LOS SONIDOS Y EL TIEMPO. TA TA TA, QUERIDO MÄLZEL, por Gabriel Lauret

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  Para muchos músicos, este aparato es una ayuda fundamental en su trabajo mientras que, para otros, es un instrumento inspirado por el diablo para aniquilar la musicalidad de los intérpretes. Permite calcular el tempo , la velocidad a la que se debe interpretar una obra o movimiento cuando el compositor lo ha especificado en la partitura, y también trabajar determinados pasajes a una velocidad estable. Por contra, al ser totalmente objetivo, no entiende de fraseos ni de ningún tipo de sutileza musical, precisamente la esencia de este arte. Por eso, decir que una interpretación ha sido metronómica no suele ser tomado como un elogio. Porque metrónomo es el nombre que le puso Johann Mälzel (también lo verán escrito Maelzel, Mäzel…), un inventor alemán que adaptó, invadiendo el plagio, una creación del holandés Dietrich Winkel . Maelzel le añadió una escala numérica y tuvo el acierto de patentarlo en 1815, antes de comenzar la fabricación a gran escala. El aparato, de forma piramidal, da

Clase de Lengua y Literatura Santiago Delgado Aun y Aún (a petición de Rafa Hortal)

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Buen lío es éste del par de palabras éstas, primas hermanas entre sí. A ver, aún, con acento en la “ú” es un adverbio de tiempo. Y es palabra bisílaba: (a-ún). Equivale a “todavía”. Su uso depende de la situación estilística del contexto, elegida por el hablante. De ser escrita, además de oral, la “ú” debe llevar tilde. Ejemplo: “El señorito aún tardará en llegar”.  Pongamos que un innato sentido de la eufonía –excelente vigía estilístico– nos ha advertido de la repetición cacofónica del sonido “t” ( t odavía t ardará…). Y nuestro ego estilístico de guardia filtra tal desdoro redaccional. La cosa se complica con el monosílabo no tildado “aun”. Es también adverbio, pero no de tiempo. Es un reforzativo del verbo. “Aun” da un valor enfático al verbo que refuerza. Y es sustituible por completo por el también adverbio “inclusive”, que no tiene plural (aun tampoco). Hay que acentuar, sin ponerle tilde, en la “a” inicial. Es un diptongo; o sea una sola sílaba formada por dos vocales.